Las elecciones generales están a la vuelta de la esquina y el independentismo se la juega. Eso explica que el president de la Generalitat, Pere Aragonès, haya tenido una reacción muy descafeinada ante la decisión del Tribunal General de la Unión Europea (TGUE), que ha decidido retirarle la inmunidad al expresidente fugado Carles Puigdemont.
"Mi apoyo y el del Govern al president Puigdemont y a los diputados Comín y Ponsatí. Ante la represión, seguimos defendiendo que organizar un referéndum no es delito, sino un derecho democrático para todos los pueblos. Como él dice, queda camino en Europa. ¡A vuestro lado!", ha expresado en las redes, evitando mojarse ante el 23J.
Puigdemont dice que "nada termina"
Este miércoles, el TGUE ha dado un nuevo revés a Carles Puigdemont. El expresidente catalán, fugado en Bélgica desde la fallida declaración de independencia de 2017, ha perdido la inmunidad de la que goza por ser eurodiputado. De esta forma, la sentencia allana el camino al juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, para emitir una nueva orden europea de detención y entrega contra el expresident por malversación.
Las reacciones políticas no han tardado en llegar. El primero en hacerlo ha sido el propio Puigdemont, que ha asegurado que "nada termina" con esta decisión. En este sentido, ha anunciado un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) para defender "hasta el final nuestros derechos fundamentales, que son también los derechos fundamentales de los catalanes y los europeos".
Un apoyo descafeinado
Pero una de las reacciones más esperadas ha sido la del republicano Pere Aragonès, que ha evitado mojarse a pocas semanas de las elecciones generales del 23J. La solidaridad con quienes van a ser sus adversarios electorales se reduce a las puertas de una campaña que comienza mañana.
Así pues, el apoyo de Aragonès a Puigdemont puede tildarse de descafeinado, teniendo en cuenta la gran conmoción que los hechos del 1-O causaron entre las filas independentistas y el conjunto de la sociedad catalana. El apoyo del republicano se ha resumido en una tímida muestra de solidaridad, sin consagrar al expresident como un mártir, ya que Junts será su principal adversario electoral --junto al PSC-- el próximo 23J.