La Assemblea Nacional Catalana (ANC) consultará en las bases pedir un voto nulo o la abstención en las elecciones españolas del 23J si no hay unidad de los partidos independentistas. De esta forma, la entidad renuncia de nuevo a presentar una lista electoral cívica y ofrece su perfil más activista.
No es ajeno a ese aplazamiento el cisma que, el pasado mes de febrero, protagonizó la ANC, cuando trece dirigentes críticos con la presidenta, Dolors Feliu, dimitieron. También plantó a la ejecutiva el vicepresidente, Jordi Pesarrodona. Todo ellos discrepaban del "autoritarismo" con la que Feliu pretendía impulsar esa lista alternativa a los partidos.
Ronda de contactos
La ANC ha anunciado que iniciará una ronda de contactos con los partidos para instarles a formar un "bloque común independentista de confrontación en Madrid en las elecciones españolas" y si esta propuesta no prospera, convocará una consulta a sus bases para decidir si recomendará un voto nulo político o la abstención activa.
Tras las recientes elecciones municipales, en las que el movimiento independentista también promovió la abstención y el voto nulo o en blanco, la Assemblea considera que los partidos independentistas han renunciado a hacer efectiva la ruptura.
"Esta renuncia es especialmente preocupante si se tiene en cuenta la mayoría absoluta en votos y escaños que los partidos independentistas tienen en el Parlament, que se obtuvo con el compromiso de culminar el proceso de independencia", afirman.
El 23J, una oportunidad
En este contexto, desde la Asamblea vemos una oportunidad en las próximas elecciones españolas para que el movimiento independentista inicie un cambio de rumbo y se visualice una unidad estratégica coherente, ya sea a través de una candidatura unitaria o de un acuerdo estratégico unitario.
La ANC defiende una unidad "basada en la coherencia, no en las apariencias vacías". La reciente hoja de ruta aprobada por las bases de la Assemblea quiere bloquear el funcionamiento del Congreso y votar en contra de cualquier gobierno español, incluso en la investidura del presidente.
Este bloqueo tiene el objetivo de denunciar en el ámbito internacional "la falta de respeto del Estado español hacia el derecho a la autodeterminación, así como hacia la realidad nacional y social de los Països Catalans, así como la persecución política del independentismo".