La amenaza de una Europa desunida es una de las principales preocupaciones que ha emergido este lunes en el foro geopolítico de la Reunión del Cercle d'Economia en Barcelona. El debate de Ivan Krastev, presidente del Centre for Liberal Strategies de Sofia, y Pol Morillas, director del Cidob y vocal de la junta directiva del Cercle, ha estado marcado por su reivindicación de una Unión Europea unida, soberana y más independiente de Estados Unidos para hacer frente a la Rusia de Putin.
Krastev ha asegurado que Europa ha respondido de forma más unida a la guerra de Ucrania de lo que preveía Putin a causa del apoyo de EEUU y de las victorias estratégicas del Ejército ucraniana sobre el terreno. Sin embargo, ha alertado de que "Europea volverá a estar dividida de nuevo", principalmente por "la división en el Este de Europa".
Inestabilidad en el este
Para el intelectual búlgaro, países como Polonia, Bulgaria o Eslovaquia "no defienden a Ucrania, se defienden a sí mismos". Según él, en estados que tienen un pasado como parte de imperios como el otomano, "la opinión pública apoya a Ucrania, pero de una forma diferente" a la de la Europa occidental.
Krastaev considera que el hecho de que los países del este europeo compartan un pasado comunista "no es suficiente" para que presenten un comportamiento geopolítico predecible. Por ello ha augurado que "las elecciones europeas serán un momento crítico", como lo serán las otras cuatro elecciones clave que tendrán lugar en 2024: las estadounidenses, las de Taiwán, las de Rusia y las de Ucrania.
Inseguridad geopolítica
El politólogo ha asegurado que "la idea de soberanía europea depende demasiado de Estados Unidos para la seguridad" y ha destacado que el "poder duro" de las armas es encesario y complementario al "poder blando" de la diplomacia. También ha advertido que pese a la rivalidad de EEUU y China, los "poderes intermedios" como Turquía, Irán, Arabia Saudí, Brasil o India tendrán un protagonismo cada vez más determinante en las relaciones geopolíticas.
Asimismo, ha indicado que la apuesta europea por el comercio exterior como herramienta para asegurar la paz ha funcionado con Francia, Alemania y la Unión Europea, pero no con Putin. "El Nord Stream no era un proyecto económico, era un proyecto político de seguridad desde el punto de vista alemán, pero no ha funcionado. Rusia lo ha convertido en un arma", ha analizado Krastev.
Por su parte, Morillas también ha hablado de "soberanía europea" y de "autonomía estratégica" y ha tachado Rusia de "actor conflictivo" al que responder. "La Unión Europea y Estados Unidos han sido muy fuertes juntos, pero el mundo está mirando en direcciones diferentes a la hora de la guerra", ha señalado el director del Cidob, que ha alertado de la "división" en Occidente.