Los sumarios judiciales corroboran la pérdida de influencia de David Madí, el exdirigente convergente que durante muchos años manejó los hilos del poder en Cataluña.
Obligado a abandonar la primera línea política por alterar supuestamente unas encuestas cuando era secretario general de Comunicación de la Generalitat, Madí pasó al sector privado sin dejar de actuar como asesor en la sombra del procés. Su nombre aparece en los casos Voloh y Tsunami Democràtic. Pero los investigadores coinciden en su escasa capacidad de influencia.
Auge y caída
De ese auge y caída de Madí dan cuenta los informes de la Guardia Civil a los que ha tenido acceso Crónica Global, aportados al sumario de la Audiencia Nacional sobre Tsunami Democràtic, un movimiento creado en 2019 para agitar al activismo independentista, tomar las calles y presionar mediante revueltas callejeras al Estado.
“Podría decirse que, a través de las evidencias obtenidas de la instalación de medios técnicos, David Madí es conocedor de las acciones que Tsunami pretendía llevar a cabo, así como de la estructura y la finalidad de cada una de las plataformas de corte independentista secesionista que existieron durante ese período de tiempo de 2019”, indican los jefes de información de la Benemérita. “No obstante –añaden--, no se ha obtenido información de interés para las diligencias previas 85/19 seguidas en el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional”.
Negocios fallidos
Que Madí había perdido su condición de conseguidor da cuenta el auto de archivo que, el pasado mes de abril, decretó el juez Joaquín Aguirre contra el exalto cargo de CDC en el marco de la Operación Voloh.
Se le investigó por reunirse con altos cargos de la Generalitat para tratar de favorecer sus intereses particulares mediante la obtención de contratos para compañías privadas a las que asesoraba o en las que él mismo trabajaba. “No quiere decir que David Madí no lo intentara, pero sí que no le debieron hacer el menor caso”, indica la demoledora resolución del instructor. Y añade: la “presunta influencia” que “pretendía tener no era tal”, dado que los negocios investigados “terminaron de la peor manera posible”.
Por el contrario, sí tuvieron un papel decisivo en la logística de Tsunami otros conocidos dirigentes independentistas, como Josep Maria Alay, jefe de la oficina del expresidente Carles Puigdemont. De hecho, según la Guardia Civil, ejercía de enlace entre el fugado y Tsunami a través de los gestores económicos del movimiento, como Jaume Cabani.
Asimismo, el informe revela que Alay contactó con el mosso d’Esquadra Xavier Mansó, para que accediera a la base de datos policial para comprobar si pesaba algún tipo de investigación sobre él.
Mossos colaboradores
No son los únicos mossos colaboradores de Tsunami, según los investigadores: Raúl Núñez, Josep Molina y Pau Masià facilitaron “información policial privilegiada” sobre despliegues, matrículas y urbanos infiltrados con la finalidad de minimizar riesgos en las movilizaciones secesionistas.
Estos agentes contactaban con Josep Campmajó, a quien la Benemérita sitúa como organizador del intento de bloqueo del aeropuerto de Barajas-Madrid, la huelga general del 18 de octubre de 2019, el corte de la autopista AP-7 y los incidentes durante la celebración de un partido en el FC Barcelona. Junto a Campmajó, Marta Molina figura como otra de las responsables de Tsunami.
El papel decisivo de Vendrell
Pero, sin duda, el dirigente político más determinante en la organización de Tsunami es, afirman los investigadores, Xavier Vendrell, exsecretario de organización de ERC y exconsejero de Gobernación. Las grabaciones efectuadas por la Guardia Civil demuestran la “monitorización de las acciones de Tsunami en tiempo real y toma de decisiones”.
“Se podría decir –narran en su informe— que Xavier Vendrell también desempeñaría un cargo directivo y con mando sobre las diferentes personas que integran la plataforma Tsunami”.