El juez ha finalizado la investigación de los tuiteros acusados de linchar a una familia de Canet de Mar (Barcelona) por pedir un 25% de asignaturas en castellano. “Lo que nos ha pasado no es moralmente peor que lo que le ocurre a otros. Los tuits dirigidos a la enfermera del Vall d’Hebron que criticó la exigencia del nivel C1 de catalán también son perseguibles”, explica a Crónica Global.
El juez ha emplazado a la fiscalía y a la familia del menor a presentar sus escritos de acusación. El relato del fiscal especializado en delitos de odio que dio lugar a la apertura de la causa fue demoledor, pues denunció “execrables actos de linchamiento moral y atentado contra la seguridad personal y familiar”.
Frases como "queremos saber el nombre y la dirección donde vive la familia", o que el pueblo "tiene que hacer la vida imposible a la familia" son algunos de los mensajes citados por la fiscalía.
Pulido valora con sus abogados la petición de que se amplíe la investigación a otras personas que participaron en ese acoso en Twitter. “No está bien que una persona tenga que irse a otro sitio porque la machacan en redes. Eso es lo que le pasó a la enfermera. Con nosotros lo intentaron, con llamamientos a hacernos pasar por un ‘infierno mediático’ para los que vengan después”, afirma.
No lo lograron. Esta familia sigue en Canet. “Estamos bien, somos una familia feliz. Si estas personas piensan como piensan, allá ellos. No necesitamos a personas que nos giran la cara”, añade. Por el contrario, la enfermera que grabó un vídeo cuestionando el nivel C1 de catalán que se exige fue despedida. “Lo que nos sucede a nosotros no es moralmente peor a otros casos. En nuestro caso se trata de un menor de cinco años, pero no está bien perseguir a las personas”.
Tiene palabras amables para el colegio donde está escolarizado su hijo. “Nos cuidan. Nos gustaría que cumplieran la ley y que el 25% de castellano se impartiera en toda Cataluña, así no nos señalarían. Sí lamentamos que la Generalitat pusiera al frente del colegio a alguien afín a la causa independentista”, indica Pulido.
A su juicio, “las lenguas no son enemigas. Están para comunicarse. El castellano també és llengua nostra. No nos tienen que obligar a elegir entre mamá y papá. ¿Por qué creer que el catalán se va a morir? El galés o el danés no se mueren y son habladas por menos personas. Ese miedo está inoculado por los independentistas. También a los no independentistas, porque no se atreven a levantar la voz contra el pensamiento único. Lo están haciendo mal. Los jóvenes no quieren normas”.