Ostentar la condición de pueblo más bonito, más caro o más pequeño varía con el paso del tiempo. También en el caso del municipio más barato, que durante años se atribuyó a Balaguer (Lleida). Sin embargo, otra población no muy alejada de esta población le ha reemplazado en esta categoría. Se trata de Linyola, situada a quince kilómetros.

Panorámica de Linyola (Lleida)

Con una población de 2.700 habitantes, esta ciudad se benefició de la construcción del canal d’Urgell en el siglo XIX, al igual que otras poblaciones vecinas. Pero la sequía ha golpeado duramente a esta zona y ha obligado a cerrar el grifo de ese canal, con la consiguiente amenaza para las cosechas de la zona, cebada y maíz principalmente.

Resultados de las elecciones municipales en Linyola / MINISTERIO DEL INTERIOR

El desespero de los habitantes de esta zona ha irrumpido en la campaña electoral en este municipio, cuyo alcalde es Alex Mases (ERC-AM), quien revalidó mandato en 2019. Los comicios locales en este pueblo se dirimen entre los republicanos y Junts. El resto de formaciones prácticamente son inexistentes. La lucha contra la instalación de platas de residuos, la reclamada variante de Vinyola y el duro azote del Covid han marcado este mandato municipal.

Ilustre vecino

En efecto, la agroindustria representa la principal fuente de ingresos en el que está considerado como el pueblo de Cataluña más barato para vivir: 470 euros el metro cuadrado. Las referencias medievales abundan en sus calles, donde su iglesia es el referente. También sus actividades culturales. El reciente fallecimiento de Josep Maria Fusté, histórico excapitán del Barça y vecino del lugar, ha vuelto a poner a Linyola en el mapa.