Un centenar de vecinos de la sierra de Collserola de Barcelona han cortado este sábado al mediodía la autopista C-16 en la salida de los túneles de Vallvidrera para reclamar medidas de prevención contra los incendios forestales en la zona, que incluye nueve municipios y abarca 11.000 hectáreas.

La convocatoria, organizada por la plataforma Collserola Paisatge Viu, ha reivindicado la necesidad de una gestión forestal urgente y de establecer franjas de seguridad por toda la montaña. 

Dejadez forestal

Los asistentes han alertado sobre el peligro que conlleva para las viviendas y la vegetación de Collserola la actual situación de dejadez de todo el parque forestal, "el pulmón de la mitad de la población de Cataluña"

Los manifestantes han cortado el paso a los vehículos colocándose en medio de la calzada a la altura de La Floresta, y han llevado pancartas con lemas como "Collserola en peligro".

Máxima preocupación

El anormal calor y la grave sequía que padece la zona desde hace meses ha alertado a los vecinos de Collserola --donde viven unas 160.000 personas--, que se sienten muy preocupados por el futuro de la sierra debido al alto riesgo de incendio.

Desde hace años, de hecho, muchos de ellos se han movilizado para reclamar una mayor atención política hacia la montaña, que a su juicio necesita, urgentemente, "recursos para evitar un desastre natural". En 2022 ya se organizaron diversas jornadas para reclamar más actuaciones para prevenir los incendios.

Los vecinos argumentan que, anualmente, caen en Collserola unos 600 litros de lluvia, una cantidad que en que 2022 se redujo a 262 y en 2021, a 315. Este año, de momento, sólo han caído 70.

Responsabilidades

La limpieza y la creación de una franjas de seguridad para prevenir y combatir incendios forestales es responsabilidad de los propietarios de los bosques, pero la ley, inciden los vecinos en un escrito, permite a los ayuntamientos hacer estos trabajos si no lo hacen los dueños. Una responsabilidad, aseguran, que los consistorios no asumen desde hace años.



Los vecinos reclaman también una gestión sostenible de la sierra, en la que se promueva el uso de la ganadería y la agricultura tradicional, cuyas necesidades y espacios son, a su vez, elementos de prevención de incendios.