Un bar de Sabadell (Barcelona) se ha visto inmerso contra su voluntad en los últimos días en una de las numerosas campañas de acoso por parte de determinados sectores del secesionismo por razones lingüísticas. La polémica se originó el pasado martes, cuando una clienta señaló en su perfil de Twitter al establecimiento por no haber entendido una parte de su pedido en catalán, y se quejó de que "sus camareras" desconocen este idioma. Una acusación que desde el local aseguran que no se ajusta a la realidad.
La clienta en cuestión publicó una reseña en Google criticando al bar con estos argumentos, aún reconociendo que "la comida como siempre está bien y sus bravas son muy buenas". Tras ello, se dedicó a criticar que, según su versión, "desgraciadamente sólo hay una camarera que habla en catalán", y que "el resto ni siquiera lo entienden". Algo que le pareció "intolerable", pues a su juicio el restaurante debería "exigir a su personal que entiendan un mínimo de la lengua propia del país" (sic), y no "obligar a los clientes a cambiar su lengua".
La clienta --que sostiene que no la entendieron cuando pidió un plato "sin queso"-- redobló sus críticas después de recibir la respuesta del establecimiento, en la cual la cuenta de Google del bar aseguraba "entender su queja" y lamentaban lo ocurrido, si bien le recordaban que en Cataluña tanto el catalán como el castellano son lenguas oficiales "y a la hora de contratar recomendamos el conocimiento del catalán, pero no podemos exigirlo porque el castellano también es oficial y no podemos caer en discriminaciones por esta causa".
Campaña de hostigamiento
Esta réplica también indignó a la clienta, que la hizo pública en Twitter. Y, desde entonces, el bar ha sufrido una auténtica campaña de hostigamiento contra su reputación por parte de radicales: desde un alud de críticas negativas en las reseñas por cuestiones lingüísticas, hasta el señalamiento físico con pegatinas rojas en su fachada que, según fuentes del establecimiento, advierten de que allí no se habla en catalán. Lo cual, aseguran, además es falso.
Así lo han explicado a Crónica Global fuentes de El Llit Bar, que además de explicar que la mayor parte de su personal habla catalán y es originario de Cataluña, añaden que a la minoría de trabajadores que lo desconocen se les anima a aprenderlo. En este sentido, recuerdan también que algunos de sus trabajadores llevan pocos meses en el país, por lo que es lógico que a veces no puedan entenderlo o interactuar plenamente en este idioma.
La camarera "lo está pasando fatal"
En este sentido, desde el establecimiento en cuestión explican que la clienta "se alteró mucho" y "se puso muy nerviosa" con una camarera recién llegada a Cataluña, que no es catalanohablante. La cual, aseguran, "lo está pasando fatal", y sufre no sólo por lo ocurrido, sino también por la posterior campaña de señalamiento que está padeciendo el bar por parte de determinados sectores del secesionismo radical.
Estas mismas fuentes aseguran estar viviendo en los últimos días una auténtica campaña de acoso: desde las reseñas negativas en Google y un sinfín de críticas en las redes sociales, hasta la ya citada enganchada de pegatinas rojas para identificarlos como "no catalanohablantes" --lo cual, insisten, es falso--, y un intento de pintada de su fachada. Una polémica "brutal" y "muy dura" que les duele doblemente, pues se sienten ajenos a cuestiones políticas y rivalidades ideológicas.
"Mienten cuando dicen que aquí no hablamos en catalán"
Asimismo, también apuntan que las respuestas a las reseñas de Google y las redes sociales de El Llit Bar las lleva una empresa externa. Y han observado que muchos de los comentarios negativos de los últimos días son de personas que ni siquiera han estado ni comido allí.
Por lo que respecta a la contratación de personal, recuerdan la falta de mano de obra generalizada en el sector de la restauración, y que al personal no catalanohablante les animan siempre a aprender el idioma. "Mienten cuando dicen que aquí no se habla catalán", lamentan.