Lo ha vuelto a hacer. El conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, ha vuelto a ponerse en contra a los sindicatos tras dar a conocer la fecha del próximo curso escolar para el 6 de septiembre en infantil, primaria y secundaria, y para el 12 del mismo mes en bachillerato y formación profesional. Una medida que ha comunicado a los directores de los colegios a través de una carta un día antes de reunirse con la parte social, lo que ha reavivado el conflicto laboral a pocas semanas de las elecciones municipales. Las voces consultadas consideran que se trata de una estrategia para ganarse a las familias en las urnas.
En declaraciones a Crónica Global, las organizaciones ven una "falta de respeto" la actitud del consejero que, como el año pasado, ha anunciado la fecha de la vuelta al colegio sin que la conociesen todas las partes. O al menos, así lo denuncian los sindicatos, algunos de los cuales ya sopesan convocar movilizaciones.
Cambray y su 'modus operandi'
Poco antes de las diez de la mañana del jueves, la Consejería de Educación de la Generalitat de Cataluña enviaba una carta a los directores de las escuelas comunicándoles las fechas del calendario del curso 2023-24. Los alumnos de infantil, primaria y secundaria empezarán el 6 de septiembre, mientras que los de bachillerato, formación profesional y enseñanzas profesionales de artes plásticas y diseño lo harán el 12 de ese mismo mes. A priori, no es una medida mal vista por los docentes, pero sí lo son las formas del conseller, que ha repetido el modus operandi del año pasado, cuando la comunidad educativa se enteró por la prensa de que tendrían que iniciar antes las clases.
En este sentido, cabe recordar que el avance del calendario escolar fue una de las cuestiones que llevó a los sindicatos a convocar nueve huelgas. Unas huelgas que no han servido para mucho, pues Cambray, lejos de rectificar, ha repetido la fórmula. Desde la parte social denuncian que el consejero haya anunciado la fecha el día antes de reunirse con ellos en una mesa sindical que debería servir para negociar. "Es una falta de respeto absoluta", aseguran desde Profesores de Secundaria, que le avisan de que su actitud "no ayuda a establecer relaciones cordiales con el departamento".
Ustec propone boicotear el inicio de curso
Más duros si cabe se muestran desde Ustec, que ya han calentado motores ocupando la consejería. Y es que el sindicato mayoritario de Cataluña ya aboga por no comenzar el curso con normalidad convocando una huelga para el día 6 de septiembre. Pese a que la decisión no está tomada, la organización sí que lo ve una buena medida de presión al conseller y espera que el resto se sumen a boicotear el inicio del curso. Será este viernes, coincidiendo con la reunión de la mesa sindical, donde lo propongan como una forma para expresar "la indignación compartida".
"Consideramos imperdonables sus formas antidemocráticas", expresa Xavier Díez, que advierte de que el titular de Educación está poniendo en peligro el sistema "al prescindir de los valores democráticos en los que, se supone, se debe educar a los alumnos".
Por contra, desde CCOO y UGT no son partidarios de ir a huelga. En este sentido, la portavoz de los segundos, Lorena Martínez, apuesta por llevar a cabo otro tipo de reacciones a las provocaciones del consejero, más allá de los paros de un día que "no sirven para nada" porque no movilizan lo suficiente.
"Los colegios no son aparcamientos"
Pero si hay algo que tienen en común todos los sindicatos es su "indignación" por una decisión que, de nuevo, se presenta en forma de imposición. Consideran que el hecho de que las clases arranquen el 6 de septiembre es una estrategia del Govern para ganarse a las familias a cuatro semanas de las elecciones municipales en las que ERC tiene mucho que perder. Así, defienden que es el propio president de la Generalitat, Pere Aragonès, "el que quiere que los centros abran en septiembre, pero nosotros somos transmisores de conocimiento, no parkings", advierten.
Sea como sea, a Cambray se le presenta un nuevo reto: garantizar que los colegios estén preparados para abrir sus puertas en las mejores condiciones. Y es que cabe recordar que el año pasado, por esas mismas fechas, las aulas parecían hornos. Un calor sofocante que la consejería quiso paliar con unos ventiladores que, este año, no serán suficientes para acallar las quejas.