La exconsellera de Educación y eurodiputada Clara Ponsatí ha regresado este martes a Barcelona tras cinco años, aunque sin la intención de presentarse ante las autoridades para prestar declaración por su cometido en la preparación y la celebración del referéndum ilegal del 1-O del 2017, por lo que Mossos d'Esquadra la ha detenido.
Ponsatí ha cruzado la frontera este martes al mediodía por primera vez desde que se marchó de España. En este lustro ha vivido entre Escocia (conoce bien el país por su trayectoria como profesora en la Universidad de Saint Andrews) y Bélgica. "Estoy muy contenta de poder volver a pisar la Cataluña del sur", ha expresado en declaraciones a la ACN minutos antes de ofrecer una rueda de prensa en la que ha afirmado que ha regresado para "plantar cara".
Orden de detención para declarar
Ponsatí está procesada por un delito de desobediencia por el 1-O y está requerida por el Tribunal Supremo. Cabe recordar que es una de las beneficiadas de la derogación del delito de sedición, por lo que la máxima condena a la que se enfrentaría es a la inhabilitación para cargo público.
A raíz de este cambio en el Código Penal, explicó que preveía volver a Cataluña "lo antes posible", pero que no se presentaría ante el Supremo al asegurar que no reconoce la jurisdicción del juez Pablo Llarena. "Garantías democráticas en el Estado no se tienen nunca. En mi caso, tengo inmunidad y no deberían detenerme. Pero garantías al 100% no las tenemos", afirmó.
Breve periodo en Educación
Apenas estuvo unos meses en el Govern, justo después de pasar por la Assemblea Nacional Catalana (ANC), pero los suficientes como para terminar procesada por el 1-O. En aquel momento, antes de la consulta ilegal, declaró que la orden de precintar los colegios para impedir aquel referéndum era "tan delirante" que no se podía aplicar. Además, afirmó que "los directores de centro" no tenían "ninguna responsabilidad" sobre el uso que su departamento hiciese de las escuelas.
Ponsatí permaneció en el cargo entre el 14 de julio (en sustitución de Meritxell Ruiz, destituida por Puigdemont por haber dado un paso al lado en el pulso del procés) y el 28 de octubre del 2017 (con la intervención de la autonomía por parte del Gobierno, en aplicación del artículo 155 de la Constitución), momento en el que se marchó a Bélgica junto al mismo Puigdemont y los exconsejeros Lluís Puig, Toni Comín y Meritxell Serret.
Se entregó en Escocia... y se fugó
En 2019, Ponsatí se entregó a la policía de Edimburgo (Escocia) cuando se reactivó la euroorden contra ella, tras la sentencia judicial contra los líderes del procés detenidos por el 1-O. Y pidió dinero para pagar su defensa. Su abogado entonces exclamó que España la perseguía por motivos políticos e ideológicos. La justicia la dejó en libertad.
Poco después, en enero del 2020, la eurodiputada de Junts se fugó de Escocia sin avisar a los tribunales de su nuevo paradero, "rompiendo el voto de confianza" que le habían dado las autoridades regionales. Se instaló en Bélgica.
El apoyo de Junts
El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha mandado un mensaje de "apoyo" a Ponsatí tras conocer la noticia de su regreso. Entiende que su decisión se enmarca "en la confrontación inteligente", en sus palabras.
En el mensaje, también ha pedido al Estado que respete la "inmunidad" de la exconsellera y eurodiputada y a la UE que garantice sus derechos como ciudadana europea: "Instamos al Estado a respetar la inmunidad que tiene y a no emprender ninguna actuación que impida su libertad. Si España pretende ser una democracia plena ahora tiene la oportunidad", ha destacado en un vídeo.
Forcadell y la CUP
Turull no ha sido el único que se ha pronunciado ante el regreso de Ponsatí. Puigdemont, sin ir más lejos, le ha agradecido que no haya pasado "por Madrid"; la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, que estuvo en la cárcel tras la sentencia del procés, le ha dado la "bienvenida a casa".
También Xavier Pellicer (CUP) ha mostrado su apoyo a la exconsellera: "Ante cualquier intento del Estado de represaliarla, allí estaremos". A esas palabras se han unido las de Meritxell Serret, entre otros miembros de distintos partidos independentistas.