Enmienda del RACC a las políticas de movilidad de Ada Colau. En una conferencia celebrada este miércoles, el presidente del club de automovilistas, Josep Mateu, ha lamentado que en los últimos cuatro años la Gran Barcelona –la ciudad y su área metropolitana– no haya adaptado su movilidad a la irrupción de los patinetes y el sharing, el aumento del turismo y el reparto de última milla, fenómenos que han cambiado los desplazamientos dentro y fuera de la capital.
En este sentido, la entidad ha hecho balance de las 45 medidas que en 2019 presentó a los responsables públicos. De estas, se han desplegado el 20% y se han empezado a abordar otro 27%. Pero en el 53% de los casos, es decir, un total de 24 medidas, no se ha dado un solo paso. "Con el ayuntamiento asistimos a muchas reuniones pero hablamos poco. Nos podemos poner de acuerdo en el qué, pero no el cómo", ha afirmado.
Contra las 'superilles'
Mateu no ha escatimado críticas contra algunas de las soluciones estrella del equipo de gobierno de Barcelona. "La superilla del Eixample no es una buena solución", ha sostenido. Ha criticado que se haya usado como prueba piloto el distrito de Poblenou, "que no es un barrio de residencia sino de oficinas y que está cambiando", y ha previsto que haya congestiones de tráfico en puntos como Urgell y Francesc Macià.
"La ciudad no solo es de los residentes sino de todos los otros que aportan riqueza. Las superilles son muy forzadas y se han hecho con una rapidez inaudita", ha afirmado. Tampoco se ha mostrado favorable a la conexión del Tram por la Diagonal. "Propusimos un autobús eléctrico y un trazado diferente por Gran Via", ha recordado, y ha considerado que esta infraestructura no es prioritaria.
Más transporte ferroviario
El presidente del RACC ha reclamado una "visión metropolitana" para diseñar políticas públicas que alivien la congestión, desplieguen medios alternativos al coche y mejoren la calidad del aire. Sobre todo ha puesto énfasis en el desarrollo del transporte ferroviario para que los usuarios puedan acceder en tren a Barcelona.
Desde su punto de vista, se ha puesto el acento en la alta velocidad y se ha desatendido la inversión en la red de cercanías. "Rodalies debería funcionar como el metro", ha resumido. "La solución pasa por disponer primero de las mejoras de transporte público y después reducir el uso de vehículos privados", ha afirmado.
Futuro del coche
"Somos conscientes que los coches irán desapareciendo de los centros de la ciudad. Si miramos Berlín, Viena y París, el vehículo privado está desapareciendo. Esta tendencia poco a poco sucederá pero debe hacerse de forma acompañada", ha argumentado.
Ha vaticinado que la movilidad del futuro pasa tanto por los modelos de transporte intermodal como por el abandono progresivo de los coches fósiles.
Zona de bajas emisiones
A su vez, ha cargado contra las "restricciones obligadas": "No estamos de acuerdo en que sin dar alternativas se bloquee la circulación dentro de la ciudad". Justamente ha puesto como ejemplo las zonas de bajas emisiones, que ha calificado como una "buena medida" siempre que "no paralice a las personas más débiles".
Respecto a la idea de la ciudad de los 15 minutos, Mateu ha dudado de su implementación y ha considerado que uno de sus principales problemas es la penetración del teletrabajo entre la población. Por otro lado, ha lamentado que en la metrópolis "coexistan pero no convivan" soluciones de micromovilidad como las bicis y los patinetes con los viandantes. Además, ha pedido que se mime a los motoristas --"Barcelona es la ciudad con más propietarios de moto en Europa"-- y se les ofrezcan más plazas de aparcamiento.
Decálogo de recetas
Para dar respuesta a todos estos desafíos, el RACC ha lanzado un decálogo de medidas para lograr una movilidad más sostenible y compartida pensando en la progresiva sustitución del coche por otros medios de transporte. Entre las iniciativas se incluyen la priorización en la inversión en el transporte público metropolitano, vinculada con una red amplia de aparcamiento junto a las estaciones de tren; la coordinación de las obras públicas y el impulso de la convivencia entre viandantes, ciclistas y usuarios de patinetes.
También luchar por reducir a cero la siniestralidad, fomentar la movilidad eléctrica y compartida, atajar el conflicto latente entre taxis y VTC, mejorar el tráfico de mercancías y planificar las infraestructuras con una visión metropolitana.