Este lunes se celebra la séptima jornada del juicio contra la presidenta suspendida del Parlament de Cataluña, Laura Borràs, por presuntamente haber fraccionado contratos para beneficiar a su amigo Isaías Herrero cuando ella estaba al frente de la Institución de las Letras Catalanas (ILC). Durante la primera parte de la vista en la que declarará la presidenta de Junts, su abogado, Gonzalo Boye, ha cuestionado la veracidad de las pruebas que la señalan. La estrategia de la defensa gira en torno a demostrar que se rompió la cadena de custodia de los discos duros incautados en la casa del informático, en los que aparecieron correos electrónicos entre Borràs y Herrero así como facturas y presupuestos fraudulentos. De este modo, sostiene que los archivos que se usan como prueba pudieron sufrir modificaciones.
Gonzalo Boye ha interrogado a sus peritos, Javier Rubio Alamillo y Luís Enrique Hellín --exmiembro de Fuerza Nueva y condenado por el secuestro y asesinato de Yolanda González--, que han ratificado las conclusiones de los informes que elaboraron y que reflejan que los discos duros sufrieron alteraciones. “Se produjo una interactuación, creación de archivos, de carpetas, accesos a Gmail…”, ha asegurado Rubio sobre el proceder de los agentes de Mossos d’Esquadra durante el registro en el domicilio de Herrero. "Se conectaron hasta 11 dispositivos, hasta una impresora", ha añadido.
Cuestionan el proceder de Mossos
Sobre si los Mossos d’Esquadra protegieron de una forma adecuada las evidencias --los tres discos duros recogidos en el domicilio de Isaías Herrero--, Rubio ha respondido taxativamente que no. “No se hizo un procedimiento forense adecuado”, ha expuesto ante el tribunal. El perito ha incidido en que para los peritos informáticos el precinto es el hash, “un código único fruto de una operación matemática”, y no una bolsa como suele utilizarse para preservar otras evidencias “como las pistolas, para asegurar que nadie las ha tocado”.
En este caso concreto, de los tres discos duros incautados, solo se generó el hash de uno de ellos --como así reconocieron este lunes los agentes de la policía judicial de la Guardia Civil-- y, en este caso, existen dos códigos que no concuerdan entre sí. “El único hash que se ha calculado del disco duro no coincide con otro posterior. Hay una garantía matemática absoluta de que son dos evidencias diferentes, porque ha habido una modificación en el disco”, ha expresado Rubio. “¿Está usted diciendo con total seguridad que el contenido de ese disco duro no es el mismo, sin alteración alguna, de cuando fue incautado?”, ha repreguntado Boye. “Sí, claro. Un hash diferente garantiza que ha habido una modificación. Con respecto a los otros dos discos no se puede saber, porque no hay hash inicial, aunque sabemos que uno de ellos fue accedido in situ durante el registro de 2018”. En ese sentido, el perito ha recordado que los agentes de la policía catalana crearon la carpeta "Mossos" en el escritorio del ordenador de Herrero en la que copiaron algunos archivos, aunque existían otros métodos para hacerlo sin modificar el contenido de las evidencias.
“¿Es un acto de fe?”
Los agentes de la Guardia Civil, que también han declarado en esta séptima jornada, niegan que los discos duros sufrieran ninguna alteración. Sostienen "con absoluta seguridad" que el contenido "es el mismo que cuando fueron incautados por los Mossos d’Esquadra". Además, han añadido que siempre que se interviene un aparato electrónico se realiza un clonado y que de este archivo se extraen las copias sobre las que trabajan, dado que nunca se hace sobre el original. “¿Hay alguna forma de garantizar que la copia sea igual al clonado?”, ha cuestionado Boye. “¿Es un acto de fe?”, les ha preguntado con tono irónico. “Se trata de una copia de una imagen idéntica a la que se extrajo en sede judicial. La imagen es idéntica. Comprobarlo es tan sencillo como contrastarlo con la evidencia original. La comprobación son cinco minutos”, le ha espetado el agente.
Además, han expresado que en este caso concreto se hicieron dos copias del clonado porque primero hicieron una para ellos, en sede judicial, y a los pocos días tuvieron que regresar para realizar otra para entregar a los peritos de parte. Por eso, han expresado, la letrada de Administración de justicia --que levantó acta-- consideró que ya no era necesario extraer el hash de los discos duros en su conjunto, sino que debían ser ellos quienes extrajeran el código de los ficheros a los que fueran accediendo durante la investigación. La respuesta de los agentes no ha convencido a Boye, que ha preguntado al tribunal, de forma irónica, si seguían bajo juramento.
Ponen en duda la validez de los 'e-mails'
Los dos peritos de la defensa también han señalado que los correos electrónicos en los que Herrero comentaba con Borràs el modo en el que debían elaborar los presupuestos para ocultar el fraccionamiento de contratos se hizo sin autorización judicial, dado que el objetivo del registro era recabar códigos fuente, bases de datos y dominios relacionados con la web de la ILC. Sin embargo, subrayan que los agentes no solicitaron "en ningún momento" permiso a la jueza instructora para descargar los e-mails.