Junts per Catalunya ha registrado este viernes una pregunta al Govern para pedirle que aclare los criterios de elección del nuevo director general de Fira 2000, David Poudevida. Esta sociedad se encarga de pilotar la ampliación del recinto ferial, una operación que ha dado el pistoletazo de salida el pasado enero con el derribo de una nave de Porcelanosa.
Su designación se produjo esta misma semana por decisión unilateral de la Generalitat, que controla la mayoría del capital de la empresa pública, y tan solo ocho meses después de la elección del anterior director general, Joaquim Ferrer.
Enfado institucional
El nombramiento de Poudevida, miembro de la ejecutiva de Plataforma per Llengua y exembajador de la Generalitat en México, provocó esta semana el enfado del resto de Administraciones públicas representadas en la empresa pública --los ayuntamientos de L'Hospitalet y Barcelona, la Diputación de Barcelona y la Cámara de Comercio de Barcelona--.
Estos actores no fueron consultadas previamente y votaron en contra del recambio en la gerencia. La actitud de la institución autonómica sorprendió al resto de agentes, como comprobó Crónica Global, dado que la búsqueda de consenso siempre ha caracterizado a la entidad. De hecho, el nombramiento de dos miembros del consejo de Fira de Barcelona estuvo paralizado durante casi un año en aras de hallar nombres que convencieran a todas las instituciones representadas.
Dudas de Junts
En un comunicado, el diputado posconvergente, Jordi Munell, ha preguntado si el nombramiento se ha hecho vía concurso o si ha sido un proceso discrecional, así como quién ha tomado la decisión final en el Ejecutivo catalán.
También quiere saber si el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha participado en esta operación y si está de acuerdo con la persona elegida. Por último, también si el Govern considera positivo que Poudevida tenga "la oposición del resto de instituciones que forman parte de la sociedad Fira 2000".