Cataluña tendrá presupuestos y no será gracias a Junts per Catalunya (JxCat). De hecho, la formación que lidera Laura Borràs ha ofrecido un pacto de última hora al Govern que pasa por desencallar las cuentas y aportar estabilidad institucional a cambio de recuperar la unidad estratégica del independentismo. Un chantaje que, por el momento, rechazan desde el Ejecutivo autonómico. "Para generar confianza y crear estabilidad conviene, entre otras cosas, facilitar y sumarse a los presupuestos. Esa sería una manera".
Así de contundente se ha mostrado la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, después de que sus exsocios se hayan ofrecido a dar luz verde a las cuentas, pero con condiciones: hacer frente común en Madrid y replantear la mesa de diálogo. Temas que desde las filas republicanas están dispuestos a "hablar", siempre y cuando se haga desde "la responsabilidad de anteponer las necesidades de la ciudadanía" a las partidistas.
JxCat exige replantear la mesa de diálogo
Este miércoles, ERC y PSC han anunciado un acuerdo para las cuentas de 2023, que llevan meses encalladas debido a las diferencias de ambos partidos con las condiciones que los socialistas pusieron en relación a la ampliación del aeropuerto de El Prat, Rodalies, el Hard Rock y, sobre todo, la B-40 --conocida como el cuarto cinturón--. Este pacto [se puede leer en este enlace] se suma al cerrado con los comunes el pasado diciembre.
Pero poco antes de hacerse público el documento, desde Junts han movido ficha para presionar al president de la Generalitat, Pere Aragonès. A través de una misiva, el secretario general de los posconvergentes, Jordi Turull, ha lanzado una oferta de última hora para apoyar los presupuestos, pese a que su partido ha dejado de ser decisivo en la tramitación. En la carta, avanzada por El Món a Rac1, propone a ERC hacer frente común en Madrid y replantear la mesa de diálogo. Una cuestión que, precisamente, propició la ruptura entre los socios de gobierno al considerar que desde los republicanos eran demasiado flojos en sus reclamaciones al Gobierno de Pedro Sánchez.
Así pues, Junts propone convertirla en una negociación bilateral con la autodeterminación y la amnistía como únicos puntos de la agenda. Además, recuperan la idea de que esté presente un relator independiente como garantía.
PSC avisa: no es un acuerdo de legislatura
Por su parte, el líder del PSC y jefe de la oposición, Salvador Illa, ha sacado pecho de haber hecho un "ejercicio de responsabilidad" para que Cataluña tenga cuentas para afrontar un momento económico complejo derivado, entre otras cosas, de la guerra de Ucrania. "Anteponemos el bien común de los catalanes", ha espetado, celebrando pasar "de la inercia a la acción". No obstante, ha lanzado un aviso a ERC: "Que nadie se confunda. Este acuerdo no es un acuerdo de legislatura, es un acuerdo muy relevante, pensando en Cataluña, pero no es más que eso". En este sentido, ha advertido a Aragonès que seguirá siendo "exigente" y fiscalizando a su gobierno en minoría.
Por tanto, el Govern sigue muy debilitado, gobernando con tan solo 33 diputados que podrían no ser suficientes para sacar adelante algunos proyectos de aquí en adelante. Hasta ahora, se había rumoreado sobre la posibilidad de que Aragonès no agotase la legislatura, una posibilidad que Vilagrà ha alejado tras la aprobación de los presupuestos. "Somos conscientes de la situación política, pero muy ambiciosos con la agenda política y tirar adelante las necesidades de la ciudadanía" sin descuidar, como viendo siendo habitual, la "autodeterminación y la aministía".