Joel Díaz lo deja. El cese de un colaborador que comparó al PSC con los nazis ha provocado la dimisión del presentador del programa de TV3 Zona Franca, que ayer dejó de emitirse, mientras la cadena estudia su continuidad. “Una decisión injusta e inaceptable tanto en el fondo como en la forma en que se ha comunicado”, escribió el polemista en sus redes sociales. Estaba advertido. A finales del año pasado, TV3 le llamó al orden por reiterar cada día la expresión “puta noche y buena España” en este espacio de escasa audiencia, y ya casi sin patrocinio tras la retirada de algún anunciante.
Pero mientras la cadena advertía a Díaz de que determinadas expresiones no podían tolerarse en una televisión pública, el Consejo del Audiovisual de Cataluña (CAC), en una resolución cuando menos sorprendente, consideraba que las referencias a las víctimas del nazismo en España que se hicieron en ese mismo programa “se incluyen dentro de los límites de la libertad de expresión”.
La fama de humorista transgresor de Díaz no se tradujo en audiencia, pues Zona Franca se emitía como late show en la medianoche, pero nunca entró en los ránkings de programas más vistos publicados diariamente por la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA). El uso y abuso, de forma velada, de la expresión “puta España”, que Díaz convirtió en seña de identidad, fue objeto de debate en la Comisión de Control de la CCMA en el Parlament.
A finales de 2022, el jefe de contenidos de TV3 y el director, Sigfrid Gras, tuvieron una reunión con los productores ejecutivos del programa para advertir de que determinadas expresiones no se podían tolerar. De hecho, según informan fuentes del sector audiovisual, los nuevos contratos suscritos entre la CCMA y las productoras indican la obligatoriedad de cumplir el libro de estilo de la CCMA, en el que se prohíbe hacer apología de opiniones difamatorias, ofensas e improperios. Hasta ahora, existían discrepancias --azuzadas por la anterior cúpula de TV3 y la Corporación-- respecto a si esas normas afectaban a personas que no están en plantilla.
Lo que decía Llorach
Así respondía la expresidenta de la CCMA Núria Llorach en julio de 2021 a los reproches políticos por la reiteración de insultos como "puta España" en programas como Bricoheroes o Està passant: "La Corporación no ha tomado ninguna acción. Son trabajadores externos y, en todo caso, cuando el director del medio [Vicent Sanchis en aquellas fechas] sabe que ha habido alguna contravención del libro de estilo por alguna expresión hecha, es él quien gestiona el tema de forma conveniente. Si no ha hecho nada, es que no lo ha considerado necesario".
En una entrevista en Crónica Global, y ya en plena polémica por el programa de Joel Díaz, el director de TV3, Sigfrid Gras, aseguró que no están “para fomentar ni el puta España ni expresiones similares”. “No queremos superar barreras, pero tampoco ser blancos. Queremos jugar con los límites del humor, pero sin pasarnos. No queremos ofender ni hacer cosas que puedan afectar a colectivos como la infancia, fomenten el odio o la violencia”.
Pero Zona Franca no solo fue objeto de críticas por esos improperios identitarios. También lo fue por bromear sobre los campos de exterminio, lo que dio lugar a una queja de la asociación Amical de Mauthausen ante la Síndica de Greuges, que la remitió al CAC. El pasado 12 de enero, esta entidad dedicada a controlar los contenidos audiovisuales que se dan en Cataluña, emitió un acuerdo, aprobado por unanimidad, según el cual las expresiones analizadas “pueden ser desafortunadas e incluso hirientes”, pero consideró que “la utilización de esta tipología de lenguaje en un programa de humor está amparada por la libertad de expresión”.
Fuga de patrocinadores
Esa resolución se producía dos semanas antes de que, en el mismo programa, Manel Vidal, un colaborador fijo, comparara a los votantes del PSC con los nazis, mientras en pantalla aparecía una esvástica. Vidal daba así una vuelta de tuerca en la burla hacia formaciones no independentistas, en plena caída de un patrocinador, Cervezas El Águila, cansado de los mensajes hispanófobos de Zona Franca. Poca audiencia, fuga de anunciantes y banalización del nazismo. Una combinación imposible de sostener.
Respecto a esa comparación entre el PSC y el nazismo, el pasado vienes, el Consejo de la Información de Cataluña (CIC) reflexionaba sobre la existencia de “un aspecto especialmente sensible, que es la utilización de simbología fascista y el riesgo de normalización de la extrema derecha que puede comportar. Por lo que se precisa un especial cuidado y una profunda reflexión. Más al tratarse de un medio público”.