El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha asegurado este martes que hoy está “más cerca” de regresar a España “libre, no entregado”, que es por lo que ha trabajado desde que huyó a Bélgica escondido en el maletero de un coche días después del referéndum ilegal del 1-O y de declarar unilateralmente la independencia de Cataluña, que dejó en suspenso. Lo ha dicho desde el país europeo acompañado de los exconsellers Lluís Puig, Toni Comín, Clara Ponsatí, Miquel Sàmper y el abogado Gonzalo Boye, entre otros, en una comparecencia para valorar la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sobre las euroórdenes (OEDE).
La sentencia da la razón al magistrado del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena al considerar que la justicia belga no puede rechazar la entrega de los encausados por el procés basándose en el riesgo de que se violen sus derechos fundamentales si no demuestra deficiencias sistémicas y generalizadas en España, ni puede poner en duda las competencias del TS como autoridad para emitir tales euroórdenes. No obstante, Puigdemont y su equipo retuercen ese texto y consideran que la nueva sentencia del TJUE “deja las extradiciones en vía muerta” y “pone condiciones a la presentación de nuevas euroórdenes que, en la práctica, las hacen inviables”. Además, el expresident ha manifestado que “la decisión de la justicia belga estaba de acuerdo con la directiva marco, que se había puesto en duda”.
“Perseguidos por razones ideológicas”
Por otra parte, ha reiterado que “siempre” han insistido en que no pretendían defenderse “individualmente ni personalmente, sino colectivamente”, porque, en sus palabras, representan “los derechos políticos del pueblo de Cataluña, que se vulneraron” cuando le destituyeron y cuando se suspendió la autonomía catalana con la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Asimismo, el escrito del TJUE pone a los fugados, según su interpretación, en una mejor posición ante un Estado que les “persigue por razones estrictamente ideológicas”. “Se abre una nueva fase; una persecución política no tiene cabida en el ordenamiento de las democracias europeas”, ha concluido.
Acto seguido, Puig ha declarado que está “muy contento” por él y porque “hoy Europa es más justa, aplicará más la defensa de los derechos fundamentales”: “Hoy estamos más fuertes”. En este caso, la sentencia responde a las cuestiones prejudiciales remitidas por Llarena en marzo de 2021 después de que la justicia belga rechazara entregarlo por considerar que el tribunal competente para reclamar su extradición debería ser el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) y que de ser entregado en España podrían ponerse en riesgo derechos fundamentales como la presunción de inocencia.
Boye: “Cambia el escenario jurídico”
Por último, Boye ha aseverado que “cambia el escenario jurídico” y que el TJUE “viene a establecer que el Supremo no es el tribunal competente para estos hechos”. “Bélgica lo hizo bien. La pelota está en el tejado del Supremo para que valore su incompetencia. Solo cuando se judicializa la política se necesita indultos y reformas legales, no cuando se comete un delito”, ha terminado.
Aun así, el TJUE aclara también que el marco de las OEDE permite emitir varias euroórdenes “sucesivas” para reclamar la entrega de la misma persona después de que la autoridad responsable denegara la ejecución de una primera orden siempre que “no dé lugar a una vulneración de los derechos fundamentales de la persona y su emisión tenga carácter proporcionado”. El alto tribunal europeo recalca además que los principios de confianza y de reconocimiento mutuos entre los Estados miembro “constituyen la piedra angular" del sistema de cooperación judicial que enmarca las euroórdenes, al tiempo que subraya la “importancia capital” que reviste el derecho fundamental a un proceso equitativo.