La manifestación independentista contra la cumbre entre el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el de la República de Francia, Emmanuel Macron, sigue dando que hablar. Desde ERC insisten en que sirvió para evidenciar la unión independentista, pero la realidad es otra. Y es que cabe recordar que el líder de los republicanos, Oriol Junqueras, se vio obligado a abandonar la protesta tras ser abucheado por radicales independentistas al grito de fora, botifler ("fuera, traidor") y "traidor, te queremos en prisión".
El último en pronunciarse sobre ello ha sido el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent, que ha lamentado que Junqueras se expusiera a esa "situación injusta" tras haber estado "tres años en la cárcel por defender sus derechos". Sin embargo, ha asegurado que "fue protagonizada por una parte muy reducida" de los manifestantes.
La parte "positiva" de la manifestación
En una entrevista en Cafè d'idees de Ràdio 4 y La 2, Torrent ha defendido "la parte positiva" de la movilización convocada por las entidades secesionistas. Esa es la "recuperación del planteamiento unitario del movimiento independentista que desde el Gobierno de España querían dar por finiquitado". En este sentido --y en la línea en la que se pronunció el jueves el president de la Generalitat, Pere Aragonès--, el conseller ha advertido de que el procés no se ha acabado.
También Junqueras ha expresado que no le molesta que la gente grite y pite. “Hay que distinguir entre insultar y pitar, pero no me parece mal. Si alguno quiere gritar que grite y si quiere pitar que pite”, ha expresado en una entrevista este viernes en El Món a Rac1.
Junqueras justifica el abucheo
El líder de ERC ha quitado hierro a lo sucedido el jueves en la avenida de María Cristina de Barcelona alegando que, “puede haber gente preocupada por diversas razones, porque no hemos conseguido todavía lo que queríamos conseguir”. Asimismo, también ha lamentado que haya “gente que trabaje para dividir al independentismo porque pone en riesgo sus privilegios” y que desde ERC harán todo lo posible para acabar con esa división.
Pero si hay algo que la cumbre hispano-francesa ha demostrado es que, tal vez el procés no haya acabado del todo -- en contra de lo que dijo el ministro de la Presidencia, Felix Bolaños, en unas declaraciones que levantaron polvareda--, pero sus protagonistas trataron de escenificar una falsa unidad independentista en una manifestación que no ha hecho más que acrecentar una crisis de credibilidad sin precedentes.