La manifestación independentista que ha arrancado a las nueve de la mañana frente al MNAC, donde este jueves se celebra la cumbre hispano-francesa, se ha trasladado hasta el consulado de Francia en Barcelona, emplazado en pleno centro de la Ciudad Condal, entre la plaza de Catalunya y la plaza Universitat.
Centenares de personas han cercado el edificio, completamente blindado por los antidisturbios de los Mossos d'Esquadra, que han colocado varias filas de vallas para evitar que los manifestantes pudiesen acercarse a la puerta de acceso. Encima, un helicóptero de la policía catalana ha controlado los movimientos de los manifestantes, que han desplegado pancartas frente a la fachada.
La manifestación, formada por una cabecera de CDR Catalunya y otra de Consell per la República catalana, ha llegado al Consulado General de Francia, en la ronda Universitat, pasadas las 12.30 de la mañana. Tras una marcha que ha discurrido desde plaza Espanya por Gran Via de Les Corts Catalanes, se han detenido frente al consulado para mostrar su enfado con la presencia del presidente francés en Cataluña. Los manifestantes han hecho una pitada frente al edificio y han protestado golpeando cacerolas al grito de fora, fora y ni Francia ni España, Països Catalans. Tras unos minutos, la protesta se ha disgregado y los manifestantes se han dirigido a la plaza de Sant Jaume.
La protesta, convocada por la ANC, Òmnium y Consell per la República, ha estado secundada por una treintena de entidades secesionistas. También han asistido representantes de los tres partidos independentistas: Junts, ERC y la CUP. Paradójicamente a la manifestación ha asistido Oriol Junqueras, presidente de ERC, para mostrar su repulsa hacia la cumbre en la que ha estado el president Pere Aragonès, número dos de los republicanos. Sin embargo, Junqueras ha abandonado la manifestación poco después de atender a los medios entre gritos de "traidor".