En marcha la cumbre entre el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, y el de la República de Francia, Emmanuel Macron, en Barcelona. Y lo ha hecho con la presencia del president de la Generalitat, Pere Aragonès, que ha plantado a los mandatarios antes de sonar los himnos nacionales. El republicano, que ha llegado sobre las 10.20 horas, se ha limitado a recibir y saludar a ambos presidentes en el inicio de una reunión que servirá para tratar cuestiones que sellarán las buenas relaciones entre España y Francia firmando un Tratado de Amistad.
Sin embargo, Aragonès ha aprovechado los minutos previos a la llegada de la delegación francesa para trasladar unas palabras a Sánchez en un corrillo en el que también estaban la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la presidenta de la Diputación de Barcelona, Nuria Marín, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Maria Eugenia Gay. Tras el saludo del mandatario francés, el republicano se ha apartado para no asistir a los himnos nacionales.
Una conversación breve
Pedro Sánchez ha llegado al Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC) sobre las 10.25, minutos antes de la llegada de Macron. Aragonès, Colau y Marín han recibido al presidente con un saludo cordial que, en el caso del republicano, se ha alargado 40 segundos. Más tarde, ambos se han apartado del corrillo para mantener una breve conversación que ha durado menos de un minuto. En este sentido, el president le ha trasladado que "el procés no se ha acabado" --tal y como afirmó el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños-- y le ha recordado los puntos de la carta que envió hace unos días a Moncloa y que afectan a Cataluña: el Corredor Mediterráneo, el catalán, la apertura de los pasos transfronterizos y el Hospital de la Cerdanya, entre otros.
Esos son los únicos momentos en los que el republicano ha podido interactuar con el socialista. Y es que su rol ha sido meramente testimonial, muy lejos de lo que pretendía en un primer momento el Govern, que desde hace semanas presumía de mantener conversaciones con Moncloa para "concretar" la participación en el acto. Una participación que se ha asemejado a la de otros presidentes autonómicos, pero sin su asistencia en los himnos.
Poco después, sobre las once, ha llegado Macron, que también ha sido recibido por las autoridades autonómicas y locales, con quienes ha podido intercambiar unas palabras. Ha sido en este momento, tras el recibimiento protocolario, cuando el presidente de la Generalitat ha abandonado el acto en su coche oficial, mientras Sánchez y Macron han presidido la ceremonia con los himnos nacionales.
Junqueras, acosado por radicales
Mientras tanto, no pasaban desapercibidos los pitos y los silbidos que llegaban desde la avenida Maria Cristina, donde unas 6.000 personas --según cifras de la Guardia Urbana-- se manifestaban convocados por las entidades independentistas. A la cita se han sumado también miembros de Junts per Catalunya, la CUP y ERC. Entre ellos, Laura Borràs, Carles Riera y Oriol Junqueras, entre otros. Ello pese a la paradoja que supone que los republicanos boicoteen una cumbre en la que Aragonès participa.
La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Dolors Feliu, ya avisó horas antes de que "las contradicciones pasan factura". Por eso, no ha sorprendido que Junqueras se haya visto obligado a abandonar la concentración al ser acosado por un grupo de radicales. Al grito de fora, botifler (fuera, traidor), decenas de personas --entre ellas, de Arran-- han obligado al republicano a abandonar la zona como medida de precaución.
El Gobierno, ajeno a la manifestación
Por su parte, el Gobierno se mantiene alejado a todo esto. Y es que tal y como aseguraron fuentes de Moncloa antes del acto, el Ejecutivo está centrado en una cumbre de alcance internacional que no debe verse salpicada por ningún tipo de polémica regional.
Sánchez ha acudido a la Ciudad Condal flanqueado por el núcleo duro de su Gobierno. La comitiva incluye a las tres vicepresidentas --Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera--, al ministro Asuntos Exteriores, José Manuel Albares; a la ministra de Defensa, Margarita Robles; al ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska; a la ministra de Transportes y Movilidad, Raquel Sànchez; a la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría; al ministro de Agricultura, Luis Planas, y al ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta. Un desembarco que demuestra que su faceta de líder internacional es un activo a explotar por los socialistas en este año electoral.