Junts per Catalunya ha hecho caso omiso de su propio protocolo para prevenir, abordar y solucionar casos de acoso sexual en el seno del partido, que establece un máximo de un mes para “resolver la situación”. Así lo reconoce la formación en sus últimas comunicaciones con uno de los miembros de la sección juvenil de la extinta Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), que señaló haber sufrido abusos por parte del dirigente local Quim Amorós hace ahora cinco meses.
El protocolo de Junts recoge que “es tan importante la atención al hecho denunciado como el tiempo transcurrido en el proceso para que este finalice con éxito”, un extremo que, al menos en este caso, no han cumplido. La formación neoconvergente se compromete en su escrito a “no dejar pasar más de tres días desde que se tiene conocimiento de una queja o denuncia” hasta la activación del mencionado protocolo, y que tanto la investigación como la resolución del caso no deben demorarse “más de de 30 días”, una máxima que han ignorado. “No hay ninguna novedad”, responden a las preguntas de Crónica Global fuentes de las juventudes.
“Ya vamos tarde”
Junts va cuatro meses tarde. Así lo asume la propia formación en comunicaciones a las que ha tenido acceso este medio, en las que la víctima reclama una respuesta cinco meses después de haber hecho pública la denuncia contra Quim Amorós. “Ya vamos tarde”, reconoce Álvaro Clapés, secretario general de las juventudes, que se escuda en el “volumen de expedientes” para justificar la inacción de Junts.
“Estamos presionando desde el minuto cero, porque también somos parte implicada como organización”, mantiene el mismo interlocutor, que insiste en que espera que “se resuelva de alguna manera”, porque van “tarde”.
La víctima lo lleva al Síndic
Ante la falta de respuesta de los responsables de Junts, uno de los jóvenes que denunciaron acoso ha elevado el caso al Síndic de Greuges de Cataluña. “El pasado julio hice público en redes sociales un caso de acoso que sufrí durante mi adolescencia, cuando tenía 16, 17 y 18 años, por parte de un señor de 50 años. En aquel momento, militábamos en el mismo partido”, expresa la carta.
En declaraciones a Crónica Global, la víctima espera que esta institución obligue al partido a “reaccionar” y a dejar de hacer la vista gorda ante un presunto caso de acoso que afecta a varias personas, incluso de otros partidos políticos, tal y como avanzó este medio. Pese a que los informes del Síndic no son vinculantes, sí que ayudarán a “dejar en evidencia” a los responsables de la formación. “Meses más tarde todavía no tengo respuesta. Si en un principio hubiesen actuado, no se hubiese hecho tan grande el problema”, espeta. Las mismas voces lamentan que la cúpula del partido les esté “dando la espalda”, pero sí que agradecen la labor del diputado por Tarragona y abogado Eugeni Campdepadrós, que llegó a ofrecer “apoyo legal” a uno de los jóvenes.
Ejercía un "control exhaustivo"
El caso salió a la luz en julio, después de que un exmiembro de las juventudes destapara haber recibido mensajes de contenido sexual cuando era menor de edad por parte del Señor Q, como bautizó en redes sociales a Quim Amorós. A su denuncia pública se unieron las de otros exmilitantes de las juventudes del partido secesionista y de otras formaciones, que aseguraron que “era una práctica habitual” por parte del dirigente contactar con jóvenes, algunos de ellos menores de edad.
Aseguran que el Señor Q les escribía de forma “constante” a través de las redes sociales, intercambiaba fotos con algunos de ellos o les proponía atenderlos en su consulta con el pretexto de que era médico. “Nos llamaba mientras estábamos en clase, nos preguntaba continuamente dónde estábamos, qué hacíamos, nos escribía todo el tiempo ejerciendo un control muy exhaustivo, además de las conversaciones de índole sexual”, expresa una de las presuntas víctimas.
"¿Te has tocado pensando en él?"
La víctima que inició la denuncia pública contra Quim Amorós asegura que mantenía conversaciones a través de redes sociales con varios jóvenes. “Empezó a decirnos que por qué no nos liábamos entre nosotros. Que él nos ayudaría a aprender, que nos enviaría vídeos de páginas”. No fue consciente de la gravedad de la situación hasta que, según su versión, envió un vídeo comprometido de sus compañeros por el grupo de Whatsapp que tenían.
Aunque ha pasado una década desde que se produjeron los hechos denunciados, la víctima continúa recopilando mensajes de aquella época para avalar su denuncia. Comunicaciones subidas de tono en las que el dirigente insiste en que confíe en él para explicarle su vida sexual y en las que llega a preguntar al joven desde cuándo no se masturba, incidiendo en que confíe en él porque son “amigos”. “¿No juegas con cosas de tu edad? ¿Te has liado con él? ¿Te has tocado pensando en él?”, pregunta insistentemente en los mensajes intercambiados.
Los meses pasan y, mientras Junts sigue investigando el caso, el Señor Q defiende su inocencia: “Yo no he acosado a nadie”, mantiene en declaraciones a este medio.