El miembro de la dirección local de ERC Joan Mangues y otro activista secesionista, Martí Claret, se enfrentan a una posible pena de hasta tres años de cárcel por las pintadas aparecidas en el edificio histórico de Igualada que alberga la sede del Consejo Comarcal de la Anoia.
Ambos están siendo investigados por la vandalización de dicha fachada, en la cual presuntamente hicieron grafitis críticos con el gobierno del Consejo, reclamando dimisiones por un impago de nóminas. Unas cámaras de seguridad los captó en las inmediaciones del lugar, en la plaza Sant Miquel, el día de los hechos.
Delitos de daños y contra el patrimonio
Medio centenar de simpatizantes se han concentrado este martes ante los juzgados para expresar su apoyo a los dos radicales, que estaban citados para declarar, si bien uno de los dos ha rechazado entrar para no participar en lo que considera una "farsa". Ambos se declaran inocentes y sostienen que, con esta causa, "se ataca la libertad sindical y la libertad de opinión" y se persigue su supuesto activismo sindical.
El propio Consejo Comarcal denunció los hechos por la vía penal, y también el PSC por otra pintada en su sede. Ambos jóvenes se enfrentan a penas de hasta tres años por un presunto delito contra el patrimonio y otro de daños.