El teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, asegura que las cifras de delincuencia en esta ciudad son inferiores a las de Madrid, Valencia o Sevilla. Lamenta que haya partidos políticos y colectivos a los que interesa magnificar los casos de inseguridad, aunque admite que, tras la pandemia, la gente es más violenta.
En una entrevista en el programa Converses de COPE Catalunya, el responsable de seguridad del Consistorio, que además es vicepresidente de Units per Avançar, valora positivamente la alianza que su partido tiene con PSC. Asegura que le gustaría repetir en ese cargo municipal tras las elecciones locales de 2023. “Mi voluntad es continuar. Lo importe es gobernar. El Ayuntamiento no para, incluso con elecciones. Barcelona es una ciudad compleja, necesita la atención de sus gobernantes”, explica. Se siente cómodo gestionando la seguridad de Barcelona. Tengo experiencia y un modesto conocimiento”, dice.
Distingue entre los datos de delincuencia y la percepción que tiene el ciudadano sobre la inseguridad. En este sentido, Batlle explica que, de las cuatro grandes ciudades que suelen analizarse en este ámbito –Barcelona, Sevilla, Valencia y Madrid--, la Ciudad Condal es la única que baja. Destaca la reforma del Código Penal para endurecer el castigo a los reincidentes –“hemos luchado por ello”—y admite que dos años de Covid han provocado una afectación económica y sociológica que ha influido en la comisión de delitos más violentos en los que se una arma blanca. “Hemos salido tocados, la pandemia ha dejado cicatrices”, comenta. Pero el alto cargo municipal considera que hay “partidos y colectivos del miedo” a los que interesa magnificar esa inseguridad. “Determinados discursos pueden afectar a nuestra competencia turísticas. Nos falta autoestima”, advierte.
"No tenemos suburbios"
Y asegura categóricamente: “No es cierto que el Raval se un espacio prohibido. Hay problemas en ese barrio y se ha reforzado la presencia policial. Hay deficiencias urbanísticas y sociales importantes. Pero no tenemos periferias prohibidas como París, Bruselas o Madrid. No tenemos suburbios, hemos apostado por un policentrismo que ha funcionado bien”. Al respecto, Albert Batlle echa en falta la intervención integral en barrios que impulsaron los exalcaldes Pasqual Maragall y Joan Clos, así como una visión metropolitana, tanto en materia de seguridad, como en urbanismo o movilidad.
Batlle cree que, internamente, el transporte público funciona bien en Barcelona, no tanto en el área metropolitana. “A nivel regional, es un desastre y eso trasciende las competencias de Barcelona. Las infraestructuras deben mejorar. En Londres, hay una red muy buena. Soy partidario de los Park & Ride en origen más que en Barcelona”, comenta.
Respecto a las superilles, el proyecto estrella de la alcaldesa Ada Colau, considera que se deben analizar el resultado y lamenta que se hayan eliminado los chaflanes, “un sistema que pacificaba”.