La nueva Síndica de Greuges de Cataluña, Esther Giménez-Salinas, se regirá por un código ético que asegure los "estándares morales" después de los excesos que cometió su antecesor, Rafael Ribó. La defensora del pueblo autonómico se ceñirá a la "excelencia" en su servicio tras los escándalos de su precedesor, que incluyen los viajes alrededor del mundo, la construcción de una piscina frente a su despacho, el fichaje de su pareja como jefa de gabinete y los desplazamientos a finales de la Champions League en las que jugaba el FC Barcelona en un avión privado con un empresario de la trama del caso 3% de financiación ilegal de CDC.
Es lo que se desprende de la publicación del nuevo código ético del Síndic de Greuges de Cataluña, que ha entrado en vigor esta semana tras ser publicado en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC). Una portavoz de la institución ha explicado que se trata de una puesta en marcha vinculada a una resolución anterior, en mayo, cuando se aprobó la hoja de buenas prácticas que aplica a "los altos cargos, el personal directivo y el resto de personal que presta servicios en esta institución".
"Estándares morales"
A preguntas de este medio, la representante ha recordado que el compromiso busca "servir de guía y orientación en la actuación de todas las personas que prestan servicio en el Síndic de Greuges de Cataluña en calidad de servidores públicos". Ello incluirá a todo el personal "con independencia de su vínculo jurídico".
Quizá más importante, los principios rectores del nuevo código ético de la síndica Giménez-Salinas reposan en los pilares de los "estándares morales" y la "excelencia en la prestación de servicio a la ciudadanía".
Una piscina frente a su despacho
El compromiso ético de la nueva defensora del pueblo autonómico llega después de algunas polémicas de su predecesor. La última fue la construcción de una piscina en el tejado de la Sindicatura de Greuges frente al despacho de Ribó, que se describió como "una lámina de agua ornamental" tras desvelar su existencia este medio. El proyecto constructivo y los arquitectos que la acometieron, no obstante, describieron la obra como "una piscina".
La controvertida inversión chocaba con la normativa constructiva y salió a relucir durante una comisión de control de su figura en el Parlament. El fiscalizador del buen gobierno se mostró muy molesto por la noticia y aseguró que no era para bañarse. La empresa que la construyó la describió como un "chill out".
Viajes por el mundo (algunos con su pareja)
La figura institucional anterior, además, también copó titulares por sus continuos viajes por el mundo pese a que carecía de competencias ejecutivas y su mandato estaba pendiente de renovación. En 2019, antes de la pandemia, por ejemplo, el síndic Ribó dio el equivalente a varias vueltas al mundo --74.000 kilómetros-- en compromisos oficiales allende fronteras, como detalló Crónica Global.
Ese mismo año, además, el defensor del pueblo regional se llevó a su pareja, que era su jefa de gabinete, a 16 desplazamientos dentro y fuera de España. Globalmente se gastó 34.000 euros en avión y hoteles, entre otros. De hecho, la querencia del anterior síndic por viajar la afeó la oposición en el Parlament. El exportavoz del PP en Cataluña y después delegado del Gobierno, Enric Millo, le llegó a llamar "Willy Fogg" en sede parlamentaria.
Vuelos a finales de la Champions
Más polémicos si cabe porque se judicializaron fueron los dos vuelos en jet privado que hizo Ribó a finales de la Champions League en las que jugaba el FC Barcelona. Fueron los partidos en Roma en 2009 y Berlín en 2015. Uno de los elementos que sublevaron a la oposición en Cataluña fue el hecho de que el avión privado lo había fletado Jordi Soler, un empresario de la construcción investigado en el caso 3% de presunta financiación ilegal de la extinta Convergència (CDC).
Uno de estos desplazamientos, el de 2015, acabó investigado por la Audiencia Nacional en el marco de la macrocausa que investiga el pago de mordidas a cambio de adjudicación de obra pública en Cataluña. El juez José de la Mata, no obstante, archivó las pesquisas al constatar que "no existían indicios de que el regalo" de Soler al síndic fuera "en consideración" de su cargo.
Mandato caducado
Sea como fuere, Rafael Ribó dejó la Sindicatura de Greuges en 2022 tras haber pasado 18 años en ella. El fiscalizador se benefició de la reforma de la ley de la Sindicatura en 2010, normativa que limitaba el mandato a nueve años. No obstante, rebasó su gobierno durante casi 1.000 días, durante los cuales gozó de una retribución cercana a los 130.000 euros.
Tenga que ver o no, la oposición en el Parlamento catalán le afeó su continuo apoyo al procés independentista en Cataluña. De hecho, antes de irse, su oficina se manifestó contra el 25% de castellano en los colegios catalanes pese a las sentencias de los tribunales que obligan a desplegar el porcentaje. En junio de este año, independentistas y comunes le despidieron con aplausos en pie en el Parlament.