Junts per Catalunya (JxCat) había planteado el Debate de Política General (DPG) que comienza hoy en el Parlament como una especie de deadline de su pacto con ERC. Una cuestión que divide a la formación neoconvergente, donde ahora se busca la forma de eludir la crisis de gobierno sin desdecirse demasiado. Consciente de ello, ahora es Pere Aragonès quien presiona con una remodelación del Govern como alternativa a esa ruptura.

Sobre la mesa, la recuperación de una vicepresidencia económica --la que inicialmente debía ocupar Elsa Artadi-- que podría recaer en Jaume Giró. Un cambio que afectaría a Jordi Puigneró y que provocaría un seísmo en el sector más radical de JxCat.

"Así no podemos seguir"

La falta de avances en el proyecto independentista fue el argumento utilizado por Jordi Turull, secretario general de JxCat, para advertir de que “así no podemos seguir”, que ERC incumplía su pacto de gobierno y que, en función del desarrollo del DPG, se sometería a la militancia a una consulta sobre el futuro de la coalición. Con el tiempo, Turull, e incluso la propia Laura Borràs, fueron matizando sus palabras. Negaron haber formulado un ultimátum y precisaron que no hay voluntad de romper, sino de forzar a Aragonès a demostrar su voluntad de implementar la "república catalana". La consulta, en cualquier caso, no se producirá a corto plazo. Como muy pronto, en noviembre, explican fuentes cercanas a Junts.

Pere Aragonès, Oriol Junqueras, Isidre Fainé y Jaume Giró (de izquierda a derecha), en una imagen de archivo

ERC respondió al órdago instando a que Junts presentara una hoja de ruta, sabedor de que sus socios carecen de ella. Posteriormente, el consejero Giró --que al igual que el resto de consejeros de JxCat en el Govern rechazan la ruptura-- también pondría contra la pared a la Assemblea Nacional Catalana (ANC) al pedirles una propuesta “muy bien hecha” sobre cómo se puede conseguir la independencia.

Trias y cargos territoriales, en contra de la ruptura

JxCat respondió con tres líneas: constitución del espacio de dirección estratégica, coordinación en Madrid y pasar de la mesa de diálogo a un proceso de negociación en base a la "autodeterminación" y la amnistía. Para entonces, sonaba ya el ruido de sables en JxCat. Los cargos territoriales de JxCat advierten de los perjuicios de una salida del Govern antes de las elecciones municipales, pues esa ruptura no es precisamente una invitación seductora a los alcaldes de PDECat que la formación quieren captar. En paralelo, Xavier Trias, posible alcaldable por Barcelona, con posibilidades de tener un buen resultado y pactar con el PSC --lo que evitaría una alcaldía en manos de ERC y los comunes--, ha puesto como condición una campaña sin sorpresas, sin rupturas y sin broncas. Y eso iba dirigido a Laura Borràs, una presidenta incómoda en un partido con mayoría turullista.

En efecto, Turull representa al sector que también quiere un cambio de tercio, dejar atrás la confrontación y el embate, y abrirse a pactos que vayan más allá de los independentistas. La reciente victoria del exconsejero de Presidencia, que cumplió condena por el referéndum del 1-O, en las elecciones internas de JxCat --donde los afines a Borràs fueron casi borrados--, supone un balón de oxígeno de cara a esa consulta a la militancia sobre el futuro de la coalición de gobierno con ERC. Siempre y cuando, y tal como explicó este medio, Carles Puigdemont no llame a rebato y exija romper. Ese es el gran miedo de Turull y de los consellers del Govern.

Alternativas

Un miedo que ahora quiere aprovechar Aragonès, firme a las presiones de los socios y de la ANC. El presidente catalán tiene otras opciones si JxCat optara por salir del Govern: principalmente, pactar con los comunes. Y con el PSC desde la oposición, como aliado puntual. El escenario recuerda al posterior a las elecciones autonómicas del 14F, cuando amagó con un pacto con En Comú Podem. Las diferencias de voto con JxCat impedían cualquier tipo de alianza con los socialistas. El "mandato" del 1-O estaba todavía muy presente. Pero las cosas ahora han cambiado.

Xavier Trias, Jaume Giró y Jordi Turull (de izquierda a derecha), referentes de la Convergència clásica, en la Diada / JXCAT

De ahí que Aragonès presione ahora con una remodelación del Govern, que pasaría por crear una vicepresidencia económica, la que inicialmente debía ocupar Elsa Artadi, y que estaría en manos de Jaume Giró. Un cambio que daría una gran proyección a quien muchos en Junts ven como posible candidato a la presidencia de la Generalitat, y que afectaría a Jordi Puigneró, que actualmente ocupa el cargo de vicepresidente y consejero de Política Digitales y Territorio. La idea, apuntan fuentes del Govern, sería desgajar las competencias en Territorio. Los cambios podrían hacerse extensivos a otros consejeros con opciones de ser cabezas de lista en las municipales.

Las mismas fuentes aseguran que Aragonès está satisfecho con la gestión de los consejeros de Junts. La convivencia, por tanto, resulta menos traumática que en mandatos anteriores.