El uso de tácticas convencionales y no convencionales en conflictos o en la confrontación geopolítica crean un nuevo escenario de desestabilización de países y sus sociedad. Así lo analiza el nuevo estudio del Cidob (Barcelona Centre for International Affairs), Amenazas híbridas, orden vulnerable.
La combinación de actividades en el ciberespacio, la promoción de campañas de desinformación, la instrumentalización de las migraciones, la manipulación de los suministros de energía y la coerción económica son los orígenes que provocan una confrontación que las hacen más temibles que un ataque militar convencional. Según el Cidob Report, esto se ha puesto de manifiesto en la invasión rusa de Ucrania. Se trata de dar una nueva vida a unas alternativas que se “usan desde la época de Napoleón”, tal y como ha explicado el investigador Moussa Bourekba.
Pérdida de confianza en las Administraciones
Las tres características de los conflictos híbridos, tal y como desgranan los investigadores del Cidob Pol Bargués y Bourekba, son la incertidumbre, explotar las vulnerabilidades de otros Estados y la erosión de los valores y la legitimidad de los sistemas políticos del adversario. Es decir, técnicas con un efecto a medio y largo plazo. En este punto, los referéndums y los ciberataques suponen una combinación que aboca a las sociedades a la inestabilidad y desgasta la propia democracia.
Bargués comenta el uso de estas armas en la creación de opinión previa a la invasión rusa de Crimea en 2014, a la que precedió un referéndum. Los ataques híbridos, como apuntan los expertos, persiguen la desestabilización y no la victoria. Aunque no sea un fenómeno nuevo, los investigadores argumentan que los conflictos híbridos han proliferado en un momento en que Occidente siente contestada su hegemonía y hay una erosión de las normas internacionales.
La palabra como arma
“La vieja propaganda, amplificada de forma exponencial por la tecnología y la hiperconectividad, ha multiplicado su potencia y su sofisticación”, remarca Carme Colomina, investigadora principal del centro de estudios internacionales de Barcelona. El objetivo de esta actitud es fomentar la polarización, aumentar el escepticismo y erosionar la confianza en las instituciones. Es decir, crear abusos de poder que llevan a sistemas políticos disfuncionales, desigualdades y, por supuesto, conlleva desinformación ciudadana. El caso más visible ha sido el de Ucrania, donde se observa un primer frente bélico del tecnoautoritarismo de Rusia y China, y el modelo estadounidense de Silicon Valley.
No obstante, como insta Bourekba, aunque las amenazas híbridas “son un concepto atrápalotodo que nos ayuda a explicar estos conflictos, no todos se pueden definir igual”. Advierte de que instrumentalizar las migraciones entre Turquía y Grecia, Bielorrusia y los países vecinos o Marruecos y España, así como los ataques a infraestructuras críticas o el conflicto que existe en el Magreb tienen sus propias peculiaridades. En este último punto, que además afecta a España por crear tensiones en la llegada de gas al país desde el norte de África, desde el Cidob consideran que Argelia y Marruecos han aumentado las tácticas híbridas que, en el peor de los escenarios, podría favorecer un enfrentamiento armado como ha sucedido en Ucrania. Con todo, este es uno de los escenarios futuros que se contemplan en la actualidad. El desenlace final puede mutar en el corto y medio plazo.