Giró se envuelve de nuevo con la bandera independentista para denunciar un 8,5% de déficit fiscal

El último cálculo de las balanzas fiscales entre Cataluña y el Estado ha elevado el déficit fiscal autonómico hasta el 8,5% del PIB catalán, medio punto por encima del estudio elaborado en 2016. Así lo apuntan las estimaciones de la Consejería de Economía y Hacienda para el ejercicio de 2019 que ha presentado este jueves Jaume Giró. Envuelto de nuevo en la bandera independentista, el consejero ha asegurado que Cataluña registró en ese año un saldo negativo de 20.196 millones de euros.

Según su punto de vista, este porcentaje --"diezmo", como lo ha tildado-- se halla en la media contabilizada "durante los últimos 30 años" que demuestra, a su juicio, el "maltrato económico" que sufren los catalanes. El ligero incremento del déficit fiscal en 2019 se debe a que mientras que las cantidades asignadas por el sector público estatal a Cataluña se han estabilizado en el 13,4% sobre el gasto total, la autonomía ha aportado más ingresos a la caja común –en concreto, se ha pasado del 19,2% al 19,6%--.

Elogio del cupo vasco

El conseller ha sostenido que el actual sistema de financiación perjudica de forma "sistemática, endémica y desleal" a la comunidad catalana. "El sistema de financiación se está convirtiendo en un procedimiento de control político para someter a un país que quiere hacer oír su propia voz. La primera condición de autogobierno de un país es disponer de los recursos que genera y el primer instrumento para someterlo es detraerle estos recursos", ha argumentado.

Pese a estas declaraciones, Giró no se ha posicionado claramente al ser preguntado sobre la reforma del modelo de financiación. Aunque el consejero ha mencionado los cupos vasco y navarro como modelo a seguir: "Si Cataluña pudiera disponer, como Navarra y País Vasco, de los impuestos que se recaudan en el país, se podrían invertir 2.700 euros adicionales por año y ciudadano".

Flujo monetario

Por otro lado, la consejería ha defendido el método de flujo monetario en vez del de carga y beneficio para sacar las cuentas. Mientras el primero tiene en cuenta el gasto realizado exclusivamente en un territorio, el segundo pondera las inversiones que benefician a los ciudadanos de un territorio aunque se realicen en otras autonomías. “Creemos que el flujo monetario es un dato más objetivo. En el flujo de carga y beneficio deben hacerse muchas hipótesis sobre cómo debemos territorializar el gasto para saber quién es su beneficiario”, ha sostenido la economista Núria Bosch, una de las asesoras del estudio junto a Guillem López Casasnovas y Marta Espasa.

Aunque ha reconocido que se han usado "aproximaciones" en el cálculo debido a que la Administración central no ha cedido toda la información necesaria para definir las balanzas fiscales. Pese a ello, el conseller ha reivindicado la tarea "impecable" de los especialistas que han colaborado en el estudio.

Fuente: Consejería de Economía y Hacienda

Cálculo "aproximado"

El cálculo de la balanza se elabora teniendo en cuenta diferentes conceptos: los ingresos y gastos de la Seguridad Social, el volumen de inversión ejecutado por el Estado y los ingresos y gastos territorializados del Estado y sus organismos y entidades.

En el caso de los datos a los que no ha podido acceder la Generalitat, "aproximadamente un 25% del total", se ha llevado a cabo una estimación siguiendo las recomendaciones del grupo de expertos que ha asesorado al departamento. Giró ha aprovechado este punto para instar al PSC a presionar al Ministerio de Hacienda para que comparta todos los números y "no sacrifique la transparencia por la crispación que puede generar esa información".