Los Juegos Olímpicos (JJOO) de invierno en los Pirineos siguen adelante. O, al menos, la consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà (ERC), plasma sus ansias para que la propuesta en la que ha basado su línea política desde que entró en el Govern llegue a ser una realidad.
Sin embargo, el escepticismo de los habitantes de la cordillera por un proyecto que muchos dicen que “nace muerto” es evidente, entre otros motivos por la incapacidad de organizar todas las pruebas en el territorio y tener que pedir ayuda a “otros Estados”, como expresó este lunes la dirigente republicana.
La reunión con los representantes comarcales del Alt Pirineu y Aran, así como otras regiones vecinas afectadas, se celebrará este jueves por la tarde en el Palau de la Generalitat, en Barcelona. Vilagrà quiere presentar el documento que pretende ser la base para una candidatura en solitario y que las instituciones del territorio lo validen para poder elevarlo al Comité Olímpico Español (COE). Aunque el presidente del organismo, Alejandro Blanco, cerró la puerta para 2030, la dejó entreabierta para proyectos autonómicos en 2034. ¿Pero qué opinan en el Pirineo?
Mejor esperar
Fuentes del territorio explican a Crónica Global que prefieren “esperar a ver la propuesta” de la Generalitat. Tanto partidarios como detractores valorarán la candidatura olímpica catalana después de la reunión del jueves en Barcelona. ¿Por qué? En muchos casos para ver su solidez y en otros porque dudan de la capacidad del Govern de alumbrar un proyecto nacido en la capital catalana y que en la cordillera ha sido considerado como “poco realista”.
Cataluña “se ha ganado el mérito de tener una candidatura en solitario, con colaboraciones externas, pero con liderazgo catalán”, expresaba este lunes Vilagrà en una entrevista en Catalunya Ràdio. “En esta vida, o te lo crees y vas a por todas, o probablemente no consigues gran cosa”, concluía. No obstante, los contrarios a estos Juegos de invierno han ido en aumento en comarcas como el Berguedà o el Alt Urgell, que miran con desconfianza la “cabezonería”, como la definen algunas voces del Pirineo, de la consejera de Presidencia.
Unión pirenaica
Esta candidatura en solitario deberá ofrecer una mejora en las infraestructuras. En parte, las estaciones de La Molina, Baqueira-Beret y Boí-Taüll serían las que surgirían como grandes impulsoras de las principales disciplinas alpinas --según los diferentes informes que presentó hace unos meses la Generalitat--, aunque las conexiones entre ellas disten de vías modernas para la movilidad de los deportistas y el público. Asimismo, un competidor que, en un hipotético caso, luche por el oro en Baqueira-Beret y posteriormente en La Molina, debería descender hasta Lleida para cambiar de pista o conducir por las sinuosas nacionales de las montañas.
¿Qué sucederá el próximo jueves? Está por ver. Las voces consultadas en el territorio no las tienen todas consigo. De hecho, ven este último intento con muchas reticencias. Muchos quieren los Juegos para mejorar el déficit en inversiones en el Pirineo catalán, mientras otros critican que se deba imponer la candidatura para modernizar esta zona de Cataluña. La clave para la cordillera estará en qué es capaz de ofrecer la Generalitat a los habitantes del norte de la autonomía en el documento que presentará ante las autoridades políticas pirenaicas.