El vicepresidente de Junts y diputado del Parlament, Francesc de Dalmases, pide ahora “borrar” la plaza Espanya de Barcelona y rebautizarla como Núria Feliu, la cantante fallecida este viernes a los 80 años. Sin embargo, la mayoría de las respuestas le sugieren que busque otro lugar para ponerle el nombre de la actriz y cantante fallecida, dado que ese tendría que llamarse 1 d’octubre.
En un breve tuit, Dalmases desliza que “la mejor manera de borrar la plaza Escanya… –juego de palabras entre Espanya y escanya (estrangula, en catalán)–” es bautizarla como “plaza Núria Feliu, ¡ya!”. Pero son varios los independentistas que han salido en tromba para recordarle que, en todo caso, ese lugar debe llevar el nombre de 1 de octubre, en recuerdo de la jornada del referéndum ilegal de independencia del 2017.
En Barcelona, en todo caso, para poder dedicar una calle a un personaje deben haber transcurrido cinco años, como mínimo, desde su muerte… salvo que la ciudad le hubiera otorgado en vida la Medalla de Oro, como ocurrió con Feliu en 2008.
Su exmujer le defiende
El tuit de De Dalmases llega en un momento en el que su nombre está en la palestra por la bronca que le echó a una periodista del programa FAQS, de TV3, por las preguntas que se le hicieron en a la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Según publicaron Nació Digital y Eldiario.es, el vicepresidente de Junts agarró de la muñeca a la subdirectora del espacio, la encerró en una sala y la intimidó a base de gritos y golpes al mobiliario, algo que él defiende (tras tratar de ocultarlo y suavizarlo) como acalorada discusión.
Desde que se conocieron los hechos –10 días después de que ocurrieran—, se han sucedido las reacciones en el ámbito de la política –ERC pide abiertamente su dimisión—, en el periodismo –por la peculiar manera de presionar a los reporteros que tiene el diputado de Junts— e incluso en la sociedad. La última en subirse a la ola es la exmujer de De Dalmases y madre de sus hijos, Gemma Pedró, que se muestra "horrorizada" por el "trato" y los "ataques" que está recibiendo y le da todo su apoyo. "Nunca hubiera imaginado este nivel de toxicidad", añade. De Dalmases califica su situación de "linchamiento".