Si es que lo veía venir. La exdiputada de la CUP Gabriela Serra, quien ayer sorprendió a propios y extraños confesando que la la declaración unilateral de independencia (DUI) de 2017 fue una farsa, era propietaria de bonos del Estado. Así lo reflejaba su declaración de bienes presentado en 2016 en el Parlament, preceptivo para todos los diputados: la antisistema poseía 5.000 euros en bonos del Tesoro español.

Serra reconoció en una entrevista en el programa Cafè d'Idees de TVE que tanto ella como su formación sabían el 27 de octubre de 2017 que los dirigentes secesionistas de la Generalitat de Cataluña no habían preparado nada para hacer efectiva la DUI que su partido, ERC y Junts pel Sí aprobaron ese mismo día en el Parlament.

Silencio

Los cupaires optaron por silenciar esa situación "porque se decidió que no lo dijéramos", pero Serra era partidaria de revelar "que aquí no hay estructuras de Estado ni ningún plan para viabilizar esto".

Sea porque una cosa son las ideas y otra, el bolsillo. Sea porque veía venir que nunca se implementaría una república catalana, un año antes de que se produjeran los momentos álgidos del procés, la exdiputada había hecho una declaración de bienes que entregó en el Parlament, según la cual, era propietaria de bonos del Estado por valor de casi 5.000 euros.

En ese documento también constaba que Serra había comprado un piso por 140.000 en 2014 sin que constara hipoteca alguna.

También en 2016, dos diputados independentistas acreditaron hipotecas por importes superiores a los 200.000 euros, Benet Salellas y Pilar Castillejo. En el caso de Salellas, su patrimonio constaba de once inmuebles: dos viviendas, tres locales y seis fincas rústicas.