Cataluña da un paso más en la candidatura única catalana para los Juegos Olímpicos (JJOO) de invierno de 2030 en los Pirineos. La consejera de Presidencia de la Generalitat, Laura Vilagrà (ERC), ha anunciado que encargará a la recién nombrada directora de la oficina técnica del proyecto en la cordillera, Mònica Bosch, que elabore una propuesta en solitario para presentarla ante el Comité Olímpico Español (COE) para hacerse con la competición internacional.
Esta alternativa llega después de los vaivenes de las diferentes Administraciones autonómicas y la delegación olímpica española. El desacuerdo del Gobierno de Aragón con la primera iniciativa ha sido capital, según la política republicana, para que la Generalitat diese el paso. “Seguimos adelante”, ha aseverado durante un desayuno informativo. Es realista y reconoce que el Pirineo catalán necesitará colaboraciones externas para acoger las disciplinas de salto y de deslizamiento, por lo que abre la puerta a colaboraciones incluso con otros países.
Reproches nacionalistas
Ya en su momento se avanzó que se habían iniciado los contactos para cerrar una alianza con Sarajevo para llevar a Bosnia y Herzegovina parte de las pruebas. Este pacto recurriría a la historia olímpica, ya que se plantea como una fórmula de recordar las olimpiadas de invierno de 1984, un momento en que la capital del país se convirtió en un referente internacional antes de la guerra civil que se vivió en la década de los 90.
El presidente de Aragón, Javier Lambán (PSOE), aprovechó esta iniciativa para cargar contra la Generalitat. Le acusó de "actuar como un estado" en el marco de los reproches políticos que el socialista ha lanzado contra la iniciativa, una actitud que incluso ha generado un profundo malestar en el COE, ya que considera que está más relacionada con la proximidad de las elecciones autonómicas (se celebrarán en mayo de 2023) que con la realidad y las necesidades olímpicas. Especialmente porque el reparto de las pruebas que se pactó en la Comisión Técnica entre ambas autonomías partía de la propuesta aragonesa que después su propio presidente rechazó.
Vilagrà ha remarcado que con la descentralización de disciplinas y “los activos propios” son capaces de “hacer una candidatura competitiva”. La consellera, además, ha asegurado que el Comité Olímpico Internacional (COI) ha expresado su voluntad de que los Juegos de 2030 se celebren en Europa por lo que, siguiendo esta premisa, contaría con un respaldo de la organización frente a las propuestas de Salt Lake City (Estados Unidos), Sapporo (Japón) y Vancouver (Canadá).
¿Oportunidad?
“¿Quién dejaría pasar esta oportunidad? ¿En serio dice el Gobierno que si no hay acuerdo con Aragón esto queda cerrado?”, ha recriminado la dirigente republicana para justificar una candidatura en solitario en la que comenzará a trabajar Bosch. Intenta de este modo acallar las voces que dan por muerta la propuesta olímpica española.
Todo ello, con el malestar de activistas y ecologistas contra la iniciativa olímpica. La plataforma Stop JJOO ha anunciado que exigirá retirar la candidatura olímpica en los Pirineos ante el "el fracaso inminente” del proyecto. El Govern lo niega y asegura que la mejor alternativa para el COE es apoyar la candidatura catalana con colaboración internacional.