Como estaba previsto, la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y el exconseller Jordi Turull, han sido elegidos este sábado presidenta y secretario general, respectivamente, de Junts per Catalunya en el congreso de renovación que celebra el partido independentista en Argelès-sur-Mer (Francia).
El exconseller ha salido reforzado con el 92% de los votos de los militantes frente al 78% de la presidenta de la cámara autonómica --imputada por el fraccionamiento de contratos de la Institució de les Lletres Catalanes-- en el cónclave de la despedida de Carles Puigdemont y Jordi Sànchez. Sobre un censo de 6.010 personas, solo han participado en la votación algo menos del 40% de los afiliados. Turull ha sumado 1.854 votos de los 2.014 emitidos. Mientras que Borràs ha cosechado 1.776 sufragios de los 2.261 depositados.
Amplio apoyo a Erra y Giró
Destacan los apoyos recibidos por Anna Erra, quien ha obtenido 1.791 papeletas, y el consejero de Economía, Jaume Giró, 1.648.
En cambio, David Torrents, nuevo secretario de organización de Junts per Catalunya, solo ha logrado 918 votos, y Aurora Madaula, secretaria segunda de la Mesa del Parlament, 919.
Culminar el proceso independentista
Tras convertirse en secretario general, Turull ha defendido la necesidad de pasar la acción para culminar el proceso de independencia de Cataluña, después de asegurar que no consiguieron acabar el trabajo tras el 1-O de 2017. "Del referéndum o referéndum a independencia o independencia", ha exclamado en su intervención. Según Turull, hay que terminar el trabajo que empezaron en otoño de 2017 con el 1-O, y ha añadido que "ni la resignación ni la confortabilidad pueden ser una opción".
"Somos un partido independentista, no somos como otros que son esto y lo otro y, además, independentistas", ha añadido, y ha llamado a actuar con convicción en contraposición a los que, a su juicio, son profetas del pesimismo y de la derrota. "Ya toca poner la directa", ha sentenciado.
"Falas expectativas de diálogo"
Borràs ha animado a "recomenzar y reconstruir lo que se ha dañado" tras el 1-O, siendo conscientes de las dificultades y de los errores cometidos, y a pedido no alimentar expectativas de diálogo con el Gobierno.
"En momentos de desánimo y desconcierto, esto nos obliga a abandonar la tentación de dejarlo correr. Esto haría que nuestra derrota fuera definitiva. Tenemos que recomenzar, reconstruir y avanzar, sin hacer ni hacernos trampas al solitario", ha destacado. Y ha llamado a no seguir alimentado "falsas expectativas de diálogo y de entendimiento atemorizados por el espantajo de que viene la derecha y la extrema derecha".
Ataques al Gobierno
El partido nacionalista ha celebrado este sábado su congreso en el que el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha podido despedirse presencialmente de los militantes, después de haber anunciado en mayo que renunciaba a presentarse de nuevo como presidente de la formación. Puigdemont ha instado a Borràs y a Turull que mantengan el compromiso con la independencia "en medio de tantas confusiones, renuncias, divisiones, desánimo y desmovilización". El expresidente autonómico también ha insistido en la supuesta baja ejecución de la inversiones presupuestarias del Gobierno español en Cataluña, acusándolo de hacerle "de manera sucia la campaña" al líder del PSC, Salvador Illa: "Nos está diciendo que, mientras votemos mal y no votemos al candidato correcto, no invertirá lo que nos merecemos".
Jordi Sànchez, por su parte, se ha despedido asegurando que "no hay ninguna posibilidad de diálogo" con el Gobierno porque solo entiende la "humillación sistemática permanente". Mientras que el vicepresidente del Consell per la República (CxRep), Toni Comín, ha instado a convertir el Govern "en una verdadera herramienta de confrontación con el Estado, y a los alcaldes y concejales en agentes de esta confrontación" para poder ganar, pero también convertir las calles de Cataluña en un escenario de "desbordamiento democrático y pacífico".