El Ayuntamiento de Barcelona se reunirá hoy en una comisión bilateral con la Generalitat en la sede consistorial para solicitar una reducción de la masificación turística de la ciudad de cara a este verano.
El encuentro previsto para este jueves se producirá un año después de la última reunión entre ambas administraciones y estará presidido por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y por la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà. El consistorio pedirá a la Generalitat, quien tiene la competencia en la normativa de transporte de viajeros, que ponga fin a los bici taxis –también conocidos como tuc tucs—y que limite el número de cruceros por día.
Guerra a los tuc tucs
Este lunes, el teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona, Albert Batlle, avanzó durante la presentación del dispositivo especial de la Guardia Urbana para este verano que el ayuntamiento apostaría por erradicar los bici taxis.
Batlle anunció que la Guardia Urbana de Barcelona (GUB) pondrá el foco sobre estos transportes durante la época estival. “No queremos este tipo de actividad económica en la ciudad de Barcelona”, anunció el teniente de alcalde de Seguridad, alegando que producen problemas de circulación, del uso del espacio público y que ponen en riesgo la seguridad de los viajeros y demás usuarios de la vía pública. Solo en lo que va de año, la GUB ha multado a 1.000 bici taxis, mientras que el año pasado denunció a más de 4.000.
Limitar los cruceros
Asimismo, en la reunión de este jueves elevarán a nivel institucional, según ha podido saber La Vanguardia, la propuesta hecha la semana pasada por Ada Colau sobre la limitación de cruceros diarios que atracan en el puerto la Ciudad Condal, siguiendo un modelo similar al de las Islas Baleares.
Aunque Colau se mostró satisfecha con la reactivación del turismo, durante una entrevista concedida la semana pasada en Cafè d'Idees, el programa de La2 y Ràdio 4, insistió en que desde el Ayuntamiento de Barcelona no apostarán por un modelo “depredador”. En este sentido, confirmó que desde el consistorio iniciarán conversaciones también con el puerto de Barcelona y el Estado para intentar reducir el número de cruceros que atracan en la Ciudad Condal. Solo en mayo han atracado 125 barcos de este perfil en la ciudad. La alcaldesa alegó que no solo generan un problema de contaminación sino también de sostenibilidad y de masificación. El retorno económico, dijo, "es relativo", puesto que los cruceristas solo pasan una media de cuatro horas en la ciudad y se concentran en zonas muy concretas del centro.