El anuncio puso en alerta a la comunidad educativa: la Generalitat exigirá el nivel C2 de catalán a los profesores a partir de 2024. La medida se enmarca en la ofensiva para extender este idioma en las aulas, tras constatarse un descenso de su uso, y en pleno desafío a la sentencia que obliga a impartir un 25% de horario lectivo en castellano. Sin embargo, la consejería de Educación desconoce cómo piensa implementar esta exigencia, qué recursos se pondrán al alcance de los docentes y cuáles son las consecuencias de carecer de esa acreditación.
Los niveles de conocimiento de un idioma están definidos por el Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas. El C2 es el nivel máximo, equivalente al nivel nativo. Lo que en los exámenes de Cambridge sería el Proficiency. El First Certificate sería el B2. El C1, el que hasta ahora se pedía a los funcionarios en Cataluña, es el avanzado.
"Un caso único"
“Hasta donde sé, sería un caso único en la administración. No conozco ninguna plaza para la que sea requisito un nivel C2 de una lengua, excepto para ser profesor de inglés a aquellos interinos con una titulación que no esté en la lista para ser profesor de inglés”, explica un catedrático de Secundaria a Crónica Global.
El requisito de acreditación del nivel C2 de lengua catalana para ingresar en la función pública docentes está regulado en el artículo 119.5 de la Ley de Educación de Cataluña (LEC) de 2009. Hasta ahora no se había aplicado porque esa exigencia estaba recurrida. Una sentencia dio la razón en 2019 a la Generalitat, que ahora recupera la medida, aunque sin determinar como la implementará.
Se sabe, eso sí, que entre 2022 y 2024 se incentivará que el profesorado acredite el C2 con un incremento de puntuación como mérito en las distintas convocatorias --concursos de traslados, méritos, oposiciones docentes o promoción--, mientras que a partir de 2024, se empezará a introducir como requisito de acceso a la función docente, a la bolsa de trabajo y para todo el personal en activo.
"Falta de planificación"
El consejero de Educación, Josep González-Cambray, aseguró que su departamento ofrecería formación en las escuelas oficiales de idiomas y en el Consorcio de Normalización Lingüística. Sin embargo, en respuesta a una pregunta formulada por la diputada del PSC, Esther Niubó, el propio Cambray explica que “las condiciones de aplicación de la medida a maestros y profesorado, así como el calendario de aplicación, serán objeto de negociación en la Mesa Sectorial del Personal Docente no Universitario. No se conocen, por tanto todavía, los recursos que se puedan poner a disposición de los docentes para adquirir el certificado o las consecuencias de no disponer”.
Niubó denuncia la falta de planificación, que se enmarca en una tendencia general de la conselleria a “realizar anuncios y ya se verá cómo se aplican. Es lo que ha pasado con los cambios en el calendario escolar”, el detonante de la huelga convocada por la comunidad educativa. “Lo peor que veo es que exigir el C2 a los profesores dificulta todavía más que las personas de otras comunidades autónomas puedan trabajar en Cataluña”, denuncia otra profesora de secundaria, mientras que UGT ha avisado de que la iniciativa puede menguar las bolsas de sustitutos.
También en el ámbito universitario se han endurecido las condiciones lingüísticas. Tal como publicó Crónica Global, profesores asociados de la Universitat de Barcelona (UB) recibieron comunicados internos en los que se les advertía de la necesidad de acreditar el conocimiento del catalán si querían seguir ejerciendo la docencia. Por su parte, la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) aprobó el 15 de diciembre de 2021 que todo el profesorado permanente debería acreditar el nivel de suficiencia en lengua catalana.