La red de embajadas de la Generalitat de Cataluña no para de crecer. Y también su opacidad. Los delegados en el exterior se niegan a explicar sus agendas en el Parlament. No así al Gobierno de Estados Unidos. Gracias al registro obligado de agentes extranjeros (foreign agents) sabemos algo más de las actividades de la oficina catalana en Washington. Por ejemplo, que Isidre Sala, delegado del Govern en este país, ha contactado en los últimos seis meses con asesores políticos y ha destinado 391.026 dólares a gastos de oficina y salarios. ¿Con qué finalidad? ¿Qué proyectos se han impulsado? ¿Qué beneficios ha logrado Cataluña con todo ello? Eso es algo que los ciudadanos catalanes siguen desconociendo. Porque estos delegados, que cobran 87.000 euros al año, nunca han rendido cuentas en el Parlament autonómico.
Los agentes extranjeros que realizan actividades políticas en Estados Unidos están obligados a inscribirse como lobis en el registro FARA, cuyas siglas en inglés corresponden a la Ley de Registro de Agentes Extranjeros aprobada en 1938. FARA exige que los delegados de gobernantes extranjeros divulguen públicamente y de forma periódica sus actividades, recibos y gastos.
“La divulgación de la información requerida facilita la evaluación por parte del Gobierno y el pueblo estadounidense de las actividades de dichas personas a la luz de su función como agentes extranjeros”, explica el Departamento de Justicia en su página web, ya que la Unidad FARA depende de la Sección de Contrainteligencia y Control de Exportaciones (CES) de la División de Seguridad Nacional.
"Ciudadano español"
Los informes se publican cada seis meses. El último que está publicado corresponde al período septiembre 2021-marzo 2020. En él aparecen como empleados de la delegación catalana el delegado, Isidre Sala, que se declara “ciudadano español”, así como Jaime Preto y Magali Muria, que han actuado en representación de la consejera de Acción Exterior, Victòria Alsina, para la que gestionaron contactos con asistentes de diputados y senadores. Su objetivo, explican, es establecer relaciones entre el Gobierno catalán y los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá.
Casi 400.000 euros en medio año
Asimismo, la embajada catalana hace repaso de los contactos que han mantenido sus miembros con asesores y asistentes de políticos americanos. Precisa, porque así lo requiere FARA, si ha sido vía e-mail, por teléfono o de forma presencial. Un detalle que contrasta con la nula información que los delegados del Govern en el extranjero proporcionan al Parlament, a pesar del alto presupuesto que se destina a ello.
En seis meses, informa la oficina de la Generalitat en Estados Unidos, los gastos han ascendido a 391.026 euros.
¿Para qué sirven esos contactos?
La profesora de Derecho Internacional Público en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), Susana Beltrán, se pregunta para qué le sirven “como ciudadana esos contactos con asesores de senadores. Ya lo hacen los partidos y otros think tank catalanes”. La exdiputada de Ciudadanos, que ha denunciado en diversas ocasiones la opacidad de la diplomacia catalana, asegura: “Si hubiéramos sabido de ese tipo de actividades en tiempo real, como las de Josep Lluís Alay, jefe de la oficina de Carles Puigdemont, en Rusia, hubiéramos tenido una capacidad de respuesta mucho mayor”. Beltrán compara la falta de transparencia de la Generalitat con la exigencia de las autoridades americanas. "La transparencia evita la corrupción", sostiene.
“El personal eventual no tiene condición de alto cargo y sus funciones se circunscriben a las de confianza de asesoramiento, quedando excluido de su ámbito funcional la representación institucional. Por este motivo, el personal eventual no dispone de los que la Ley 19/2014 denomina agenda oficial, que se refiere únicamente a los que tienen condición de alto cargo o autoridad”, explica el Govern cuando se le requiere sobre la actividad de esos altos cargos.
Recientemente, la consellera Alsina anunció la apertura de otras seis oficinas, por lo que ya serán 20 las embajadas que el Govern tendrá en el extranjero. Oficinas que funcionan en paralelo a la red de delegaciones comerciales de la Consejería de Empresa.