El Ayuntamiento de Barcelona se defiende ante los antecedentes causales de la explosión que ha provocado el gran incendio del Eixample la madrugada de este martes. El teniente de alcalde de Prevención y Seguridad de Barcelona, Albert Batlle, ha asegurado que “con los datos que teníamos, no se podía prever este accidente de gravedad”.
“Eran molestias, no es nada nuevo en la ciudad. Se tomó nota de las molestias y se hizo una inspección de urgencia en el local”, ha apuntado Batlle. Sin embargo, según ha relatado el propio edil, la alerta se dio el pasado 1 de abril por parte de los vecinos, que se quejaron por su malestar con el bar, los agentes las recogieron y activaron los servicios de inspección. El día 8 del mismo mes debían precintar provisionalmente el local, pero al constatar que la actividad estaba interrumpida no lo hicieron.
Amenazas de quemar el bar
Los vecinos afectados por la explosión del bar Champi, en el número 73 de la calle València de Barcelona, ya habían alertado de estos conflictos con la propietaria del local a las autoridades competentes. De hecho, según ha avanzado Crónica Global, la mujer, de origen asiático, “amenazó varias veces con quemar el negocio”.
La presidenta de la comunidad que ha quedado calcinada tras la explosión, Ilina Garcimarrero, se había puesto en contacto tanto con Guardia Urbana como con Mossos d’Esquadra hace unos días para trasladarles su preocupación. La mujer “tenía problemas con los clientes que acudían al bar y la comunicación con ella era muy difícil”, han asegurado fuentes vecinales a este medio. El local donde se han originado las llamas era de alquiler y llevaba una semana cerrado, aunque tampoco se encontraba en condiciones salubres, según explican las mismas voces.
Desalojo y cuatro heridos
El incendio ha obligado a desalojar a 50 personas de 30 núcleos familiares; 15 de ellas todavía no pueden volver a sus domicilios, por lo que han necesitado que el Centro de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB) les proporcionase alojamiento de emergencia. Batlle ha detallado que los bomberos mantienen sus actuaciones de urgencia en el edificio, cuya portería ha quedado destrozada, mientras que en el piso encima del bar se ha desplomado el techo. También se han detectado daños estructurales.
En la explosión, han sido atendidas 40 personas y ha habido cuatro heridos, uno de ellos, la mujer que regentaba el bar, en estado grave. El teniente de Seguridad ha anunciado esta tarde que todos se encuentran “fuera de peligro” y que la presunta instigadora del fuego y propietaria del negocio se encuentra en el Hospital Vall d’Hebron bajo “custodia policial”. Esta situación se mantendrá hasta que los Mossos d’Esquadra determinen cuándo podrá prestar declaración.