Junts per Catalunya (JxCat) debe tomar decisiones muy importantes en los próximos dos meses, tras la renuncia de Jordi Sànchez a la secretaria general. ¿Debe el partido mantenerse en la confrontación o tender puentes a otras formaciones?
En el primer caso, los neoconvergentes estarían condenados a entenderse única y exclusivamente con la CUP, tras el giro pragmático de ERC, su difícil rival en las elecciones municipales. En el segundo, podría pescar en caladeros centristas y abundar en los pactos con el PSC, pero constataría que la creación de JxCat fue fruto de una simple operación de contrapoder de quienes no pudieron liderar el PDECat y de un grupo de independientes para crear un partido a su medida. El futuro judicial de Carles Puigdemont y de Laura Borràs será determinante.
"Evitar que el partido se abriera en canal"
“Sànchez se ha retirado antes de que el partido se abriera en canal antes del congreso”, aseguran fuentes soberanistas, que aluden a las críticas territoriales “públicas y evidentes” respecto a la situación de esta formación. De hecho, tal como publicó Crónica Global, fuentes de JxCat admitieron que algunos cargos locales habían planteado la posibilidad de aplazar el cónclave hasta después de las elecciones municipales de 2023. Algo que los estatutos de Junts no permiten, pues establecen un período de dos años entre congresos. El próximo tendrá lugar en la primera quincena de junio.
“La perspectiva de que esa cita se celebrara con dos candidaturas contrapuestas a las puertas de las municipales es algo que el partido no se puede permitir”, añaden esas fuentes. Pero no todo está resuelto. En los próximos dos meses, la militancia deberá decidir si, como sugiere Sànchez, se presenta una candidatura conjunta para no dividir el partido.
Todas las miradas están puestas en el tándem formado por Laura Borràs, referente de los sectores partidarios de la confrontación y que cuenta con el apoyo del grupo parlamentario, y Jordi Turull, exconsejero de Presidencia, respaldado por los turullistas del Govern. Entre ellos la consejera de Justicia, Lourdes Ciuró, quien provocó un seísmo en Junts al asegurar que no se puede renunciar a pactos con el PSC, como el que ya hay en la Diputación de Barcelona o en la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales.
El futuro judicial de Puigdemont y Borràs
Los problemas judiciales de Borràs y Puigdemont van a influir mucho en ese futuro del partido. Para la presidenta del Parlament ha comenzado la cuenta atrás para sentarse en el banquillo de los acusados por supuesta corrupción, mientras que precisamente hoy, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea celebra la vista para examinar la cuestión prejudicial remitida por el magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena sobre el alcance de las euróordenes dictadas en su día contra Carles Puigdemont y otros exconsejeros fugados.
La mejor opción, para algunos miembros de JxCat, sería que Puigdemont se apartara y que Turull asumiera la secretaría general, con Borràs como presidenta. La presidenta del Parlament “no tiene tantos adeptos como parece entre los militantes, pero el partido es muy consciente de que tiene un sector de electorado que no puede descuidar”, explican desde Junts.
“Hay que ver qué rumbo cogen. Si renuncian a la confrontación para ir a la vía de la gestión y los pactos sociovergentes estarán evidenciando que la creación de Junts fue simplemente una operación de contrapoder de quienes no pudieron gobernar el PDECat y de los independientes para crear un partido a su medida, para hacer y deshacer sin el corsé de un partido tradicional. Si aquello fue una batalla ideológica o puro contrapoder”, explica un dirigente de la antigua CDC.
El anuncio de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) de presentarse a las elecciones con una candidatura civil muy crítica con los partidos independentistas obligará a los miembros más activistas a posicionarse si Junts da ese giro hacia el pragmatismo como ya está haciendo ERC.
La irrupción de Centrem, liderado por Àngels Chacón, así como la resistencia del PDECat a renunciar a su poder territorial --más de 200 alcaldes pertenecen a este partido-- también está propiciando un cambio de discurso para pescar en ese ámbito centrista. Aunque las contradicciones son evidentes: “Puede que en las formas se esté notando ya esa moderación en Junts, pero siguen pactando con la CUP, el socio prioritario según explicitan públicamente, el conseller Giró el primero. No puedes pactar con la CUP por la mañana y por la tarde querer recuperar el pragmatismo y los pactos con PSC”.