No hay marcha atrás: el calendario escolar se implementará en el próximo curso. Así lo ha asegurado el conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, que insiste en que avanzar la vuelta a las aulas --el 5 de septiembre en Infantil y Primaria y el 7 en Secundaria y Bachillerato-- es una medida "positiva" para el alumnado, sobre todo para el vulnerable. Por eso, no entiende el malestar de los sindicatos que han hecho cinco días de huelga. Advierte de que "el cambio de calendario no responde a derechos laborales", por lo que no se puede "renunciar a lo que es bueno" para los estudiantes.
El titular de Educación cree que los profesores están en "pie de guerra" contra él debido al malestar y cansancio generado por la pandemia y unos recortes que, según dice, también "sufrió como profesor de secundaria en 2015". Considera que su departamento sí que ha "dialogado y consensuado" con la comunidad educativa y reta a los sindicatos a llegar a un acuerdo "hoy mismo". "No nos levantaremos de la mesa. Queremos un acuerdo y estamos convencidos de que llegaremos".
Los sindicatos no irán a la mesa sectorial
En una entrevista en Catalunya Ràdio, Cambray lamenta que los sindicatos no se hayan presentado a las últimas reuniones de la mesa sectorial y espera que acudan a la de este lunes. Sin embargo, según ha podido saber Crónica Global, tampoco participarán al considerar que se trata de una "pérdida de tiempo".
El conseller insiste en que el Govern está dando respuesta a siete de las 14 demandas del comité de huelga durante el próximo curso, entre ellas la reducción de las ratios desde P3. No obstante, no es suficiente para unos profesores que llevan soportando diez años de recortes. Además, tal y como avanzó este medio, las propuestas de la Generalitat se implementarían a partir de 2024, como mínimo, por lo que los docentes no verían mejoradas sus condiciones a corto plazo. "Los grandes cambios no se pueden hacer de un día para otro".
Otro frente: el 25% de castellano
Pero no es el único frente que el consejero de Educación tiene abierto. También debe dar cumplimiento a la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obliga a impartir, al menos, un 25% de las clases en castellano. En este sentido, considera que el pacto alcanzado en materia lingüística entre ERC, Junts, PSC y comunes "no pone fin a la inmersión", como sí creen desde algunos sectores.
"Tenemos claro que el aprendizaje de lenguas no va de porcentajes, sino de pedagogía", reitera Cambray. Y es que el acuerdo alcanzado entre esos partidos implica acatar la decisión del tribunal, pero sin tantos por ciento. Es decir, el catalán seguirá siendo la lengua vehicular, pero será cada colegio el que decida en qué proporción se debe aplicar. Con ello, el objetivo es que cuando un estudiante finalice sus estudios, domine ambas lenguas, a nivel oral y escrito.