El último curso de guardería será gratis en las públicas y más barato en las privadas
Cambray firma un pacto con la ACM y la FMC una medida que tilda de “feminista” y que no incluye ni servicios de acogida ni el comedor escolar
1 abril, 2022 13:37El consejero de Educación, Josep González Cambray (ERC), ha firmado una cuerdo con la Federació de Municipis de Catalunya (FMC) y la Associació Catalana de Municipis (AMC) para financiar el último curso de las escuelas infantiles, el llamado P2. El republicano ha asegurado que será gratuito en todos los centros públicos del territorio --los 42 de la Generalitat y los 947 de titularidad municipal-- y más barato para los privados --718, en total--. Las familias que opten por esta vía obtendrán una rebaja de 800 euros mediante una ayuda del Govern.
La financiación de la educación infantil no obligatoria ha sido una de las grandes carencias que han existido en Cataluña. Especialmente desde 2010, cuando el apoyo económico a los centros que se encargan de bebés desde las 16 semanas de vida, cuando se acaba la baja, hasta los tres años de edad se limitó a la mínima expresión y se pasó la pelota a los ayuntamientos. El republicanos asegura que esta situación se revertirá a partir del próximo curso escolar y que se duplicará el apoyo de la Generalitat para desahogar a las familias.
No todo es gratis, se paga el comedor
El anuncio ya ha levantado polvareda, tanto por el fondo como por la forma en que se ha anunciado. De entrada, el “gratis” al que ha hecho referencia Cambray no es total, ya que no incluye los servicios de comedor y los de acogida, necesarios para conciliar con la jornadas laborales de las familias. Además, solo cubre el último curso escolar. Los dos primeros se deberán pagar según el sistema que se aplique en cada centro.
El coste de una guardería privada oscila de los 650 euros sin comidas a los 1.200 que implicaría una jornada de ocho horas con el comedor y la acogida. En cuanto a las públicas, cada ayuntamiento fija el baremo de los costes de los servicios. Algunos, como el de Barcelona, vinculan el coste a la renta familiar y en otras localidades todas las familias pagan lo mismo. Sí suelen existir descuentos, incluso en los centros privados, en el caso de los hermanos que coincidan en la guardería, por familias con niños con necesidades especiales y en monomarentales o monoparentales.
¿Una medida ‘feminista’?
También ha sido criticado porque el republicano ha asegurado que se trata de una medida “feminista” que implica avanzar en la “igualdad de oportunidades”. Colectivos feministas ya han advertido que, si acaso, se trata de una iniciativa a favor de la conciliación porque hace más asequible disponer de este servicio. Han recordado al republicano que la crianza en 2022 debería ser compartida entre los miembros de la familia y no es solo una obligación de las madres.
Por todo ello, se le pide que tenga en cuenta el reparto de responsabilidades a la hora de categorizar las políticas que emprende la Generalitat.
Malestar en el sector
El anuncio de Cambray cumple con una de las promesas de Pere Aragonès al convertirse en presidente de la Generalitat. Ahora, falta saber cómo se aplica en los centros. Esta semana se ha iniciado el proceso para configurar las cursas del último curso de las escuelas infantiles. El primer paso es preguntar a las familias con menores ya escolarizados si continuarán en 2022-2023 para después lanzar una preinscripción en el que se adjudicarán las plazas que quedan libres. En Cataluña, implicará pasar de grupos de 13 a 15 alumnos por cada una de las clases.
El telón de fondo del anuncio es el choque entre el consejero de Educación y la comunidad educativa catalana. Tanto los centros públicos como los privados mantienen el choque contra el republicano, al que acusan de aplicar de forma unilateral los cambios en el próximo curso escolar y mantienen abierto un conflicto laboral que estalló hace un mes.
Por todo ello, que el apoyo económico a las escuelas infantiles se aplique sin problemas es una necesidad para el consejero. Cualquier fallo en este sentido puede dar la puntilla a una etapa convulsa en la educación catalana con una ruptura total entre el Govern y la comunidad educativa.