Hasta ahora, las protestas educativas en Cataluña se han ceñido a un conflicto estrictamente laboral. Pero Carles Puigdemont, a través de su gobierno fake llamado Consejo para la República, quiere convertir esas protestas en una huelga de país porque "trascienden unas reividicaciones concretas del sector". La propuesta del fugado recuerda el "paro de país" convocado en octubre de 2017 tras el referéndum independentista.
El Consejo para la República ha informado hoy que se adhiere a la huelga del próximo 23 de marzo convocada por algunos sindicatos de enseñanza y estudiantes en defensa de la lengua y la escuela Catalana. Considera este gobierno paralelo con sede en Waterloo que "estas demandas que hace la comunidad educativa van más allá de unas reivindicaciones concretas del sector y que trascienden su ámbito, convirtiéndose en todo un tema de país".
Así, tras una semana de movilizaciones en las que las estelades han brillado por su ausencia, el fugado quiere aprovechar la cuota mediática de las protestas y que estas muten en protesta independentista.
Por ello, el Consejo cree "prioritario y de primordial importancia la defensa de la institución que es la Escuela Catalana, que entiende el catalán como lengua vehicular, de cohesión y de integración a través de su modelo de inmersión lingüística que ha sido reconocido internacionalmente e incluso ha servido de modelo otras sociedades bilingües".
"Como institución republicana --añade el comunicado--, ante los ataques perpetrados por el Estado español, que no detiene su represión con sentencias como la del 25%, apoya esta huelga, entendiéndola como una movilización de país. También anima al conjunto de la ciudadanía a movilizarse el próximo 23 de marzo no sólo para evidenciar el apoyo al conjunto de la comunidad educativa, sino también en defensa de nuestra lengua y cultura, es decir, en defensa de nuestra nación".