El eurodiputado de Ciudadanos (Cs) Jordi Cañas considera que los contactos del jefe de Oficina del expresidente de la Generalitat fugado Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay, en Rusia con el procés secesionista como telón de fondo son, a su juicio, muy graves: "Esto es un delito y una traición".
Así ha dicho este viernes antes del acto La invasión rusa de Ucrania y las conexiones del separatismo catalán con el Kremlin, asegurando que estas presuntas conexiones no son, según él, nuevas: "El señor Alay ya explicó en el 3/24 que él no iba a Rusia a hablar ni del caviar ni del vodka, iba a hablar de la construcción de un Estado independiente para Cataluña con Rusia".
Delito tipificado en el Código Penal
Cañas ha sostenido que esa conducta está tipificada en el Código Penal, y que "incluso están las grabaciones del caso Voloh, donde también queda claro: Se habían reunido con oligarcas, personas muy cercanas al Kremlin, con señores acusados de intentar asesinar a personas en Europa".
"Estamos hablando de un contexto donde el independentismo reconoció que querían que se produjesen incidentes serios en Cataluña. Buscaban muertos y una declaración unilateral de independencia que tuviese el respaldo de naciones como Rusia", ha opinado.
"Presencia rusa en Cataluña"
Cañas ha insistido en que, para él, el problema no son las declaraciones del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, sobre Puigdemont (JxCat), ni si este episodio "significa una nueva guerra entre ERC y Junts per Catalunya, sino que el señor Puigdemont y su gobierno estaban negociando con Rusia el reconocimiento de una Cataluña independiente a cambio de la presencia rusa en Cataluña".
Por lo que respecta a la subida de precios de la electricidad y los carburantes, Cañas ha dicho que esto no es un fenómeno nuevo, ya que recuerda que "las subidas de precios se producían antes de la guerra en Ucrania", y exige al Gobierno medidas para moderar los precios.
Sáhara
Preguntado sobre el anuncio del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de apreciar el plan de autonomía para el Sáhara Occidental, planteado por Marruecos en 2007, como vía para una solución a ese conflicto, Cañas ha urgido a Sánchez a explicar "si él y su Gobierno se han movido de las resoluciones de la ONU, porque si lo ha hecho hay un problema serio".
Para él, estas declaraciones de Sánchez pueden suponer "caer en el chantaje de Marruecos", algo que cree que afecta a los derechos del pueblo saharaui, hace parecer débil al Gobierno, y perjudica las relaciones con Argelia por lo que respecta al gas, en sus palabras.