El conseller de Educación, Josep Gonzàlez-Cambray, no va a dimitir. Así lo ha dicho en rueda de prensa tras reunirse con los sindicats que entraron en la sede central del departamento desde el jueves. Representantes de Ustec, Aspepc, UGT y CCOO, las organizaciones que se reparten la práctica totalidad de los trabajadores de las escuelas públicas, que denuncian la forma que ha usado la Generalitat para comunicarles el avance de la fecha del inicio del curso 2022-2023. Asguran que se enteraron por la prensa, ya que nadie del Govern les había hecho llegar la comunicación con anterioridad.
Por todo ello, han exigido la dimisión del republicano. Aseguran que ha avanzado la vuelta a las aulas de forma “unilateral” sin haber consultado con el Consejo Escolar de Cataluña, que es el máximo órgano donde está representada toda la comunidad educativa. Cambray se niega a poner a disposición su cargo porque considera que el Govern ha tomado la decisión más adecuada, sin hablar de cómo se ha comunicado.
Jornada compacta en septiembre
Alega que la medida beneficia "tanto a los alumnos como a sus familias" y que no perjudica a los trabajadores, que no verán alteradas "sus condiciones laborales". Y es que el avance de las clases se compensará con una reducción de la jornada. Los alumnos de primaria y secundaria solo irán a clase de las nueve de la mañana a la una del mediodía a lo largo del próximo septiembre, según el plan anunciado por el consejero.
El Govern se ha comprometido a mantener los comedores escolares abiertos y en programar actividades extraescolares hasta las cinco de la tarde para facilitar la conciliación escolar. Con todo, ha dejado en el aire detallar quién y cómo se asumirá el coste. Cuestión que también inquieta a las familias.
Reclaman negociar "sin condiciones"
Cambray ha emplazado a los sindicatos a hablar la próxima semana en la reunión extraordinaria del Consejo Escolar prevista para el lunes. Asegura que ese es el lugar ideal para hacer llegar sus propuestas para mejorar la propuesta de calendario. Algo que llega tarde, lamentan los sindicatos, quienes han denunciado en reiteradas ocasiones haberse enterado por los medios de comunicación de noticias que les afectan directamente.
Los representantes de los trabajadores reclaman el "inicio de una negociación real y sin condiciones". Exigen no sólo la retirada del nuevo calendario, sino hablar de "otros temas que importan al profesorado". Uno de ellos es la nueva exigencia a los profesores que quieran ejercer en Cataluña a partir de 2024, que deberán acreditar un nivel C2 de catalán, superior al que se requería hasta ahora. También la estabilización del personal interino o la acumulación de los recortes.
Amenaza de huelga
Cambray se ha mostrado muy crítico con los representantes sindicales que han pasado la noche en la sede de la consejería. Considera que han tenido una actitud “muy poco justificada y poco razonable” y mantiene sus planes para el curso 2022-2023 sin cambiar una coma. De hecho, admite que no dará un paso atrás en el anuncio de que las clases empezarán el 5 de septiembre en primaria y el 7 del mismo mes en secundaria.
Además, ha criticado que los trabajadores amenacen con "convocar una huelga si no se retira” la medida. Intersindical-CSC, COS y Sepc han convocado paros para el 23 de marzo, aunque el foco de esta movilización sí cuenta con el visto bueno de la Generalitat. Se rechaza la aplicación del 25% de castellano en las aulas.