El Govern pretende conectar 12 gigavatios (GW) de energías renovables en Cataluña hasta 2030 prescinciendo de grandes parques eólicos y fotovoltaicos. En 2050, esta cifra debería elevarse hasta los 62 GW. La consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, ha presentado este viernes las cifras macro que baraja el Ejecutivo catalán para descarbonizar la economía catalana en las próximas tres décadas.
Pese al carácter ambicioso del plan, que viene marcado por los compromisos adquiridos en 2017 en la ley catalana de cambio climático, la consellera ha vuelto a exhibir su rechazo por las macroinstalaciones renovables. "El modelo que nos hemos marcado es distribuido, democrático y con cohesión territorial", ha declarado. Ello pese a las reclamaciones de las organizaciones empresariales, que piden no excluir los grandes parques renovables para proveer suficiente energía a los sectores electrointensivos, como la industria y la movilidad.
Horizonte verde en 2050
Aunque ha reconocido que "no será suficiente con el autoconsumo", la republicana ha enfatizado que el esquema de implantación de la Generalitat pasa por potenciar estaciones pequeñas de una media de dos megavatios (MW). Así, actualmente hay en información pública un total de 50 parques con una potencia conjunta de 700 MW.
La voluntad del Govern es que en 2050 el 2,5% del territorio (unas 80.000 hectáreas) esté ocupado por turbinas, paneles solares u otras tecnologías de energía alternativa. Ahora bien, la directora del Instituto Catalán de Energía (ICAEN), Marta Morera, ha destacado que se priorizará el suelo "antropizado", es decir, donde se desarrollan actividades humanas como agricultura o industria.
Impulso a la eólica marina...
Esta previsión choca con otros estudios, como el elaborado por la Cámara de Comercio de Cataluña, que elevó el territorio destinado a renovables hasta el 17,9%. De entrada, Acción Climática no prevé liberar otro tipo de espacios vírgenes para instalar estas infraestructuras.
Al respecto, Jordà solo ha dado su visto bueno a la eólica marina, una tecnología de la que se ha convencido tras un reciente viaje a Dinamarca. De hecho, la Generalitat ha virado de su no inicial hasta su luz verde a la iniciativa Parc Tramuntana que se prevé ubicar en el golfo de Roses. El Ejecutivo catalán quiere alcanzar un gigavatio de eólica marina en 2030, para el cual harían falta otros 500 MW adicionales a los que suplirá el proyecto del litoral ampurdanés.
... y negativa a la nuclear
Por otro lado, Jordà se ha mostrado férreamente en contra de prolongar la vida útil de los reactores nucleares de Ascó y Vandellós. Pese a que el próximo año deben revisarse las fechas de cierre de las centrales españolas, ha ratificado que "nos mantenemos en el objetivo de no depender en 2040 de la energía nuclear". Por contra, ha asegurado que se reforzarán otras fuentes como el biogás y la biomasa en el mix energético de la comunidad.
"La emergencia climática no nos permite conceder ni un minuto más. Venimos de 10 años de freno a las renovables, pero el nuevo Govern ha acelerado la transición energética para cumplir los objetivos de 2030 y avanzar hacia la neutralidad de carbono en 2050", ha resumido la consejera. La duda es si este objetivo será posible si se limitan las grandes instalaciones renovables.