El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, cuestiona ahora la credibilidad del comisario Villarejo y sus declaraciones donde vincula al CNI con los atentados yihadistas de Barcelona y Cambrils. En una conferencia en el Club Siglo XXI de Madrid, el republicano ha mostrado su perfil más conciliador, con una intervención en castellano, en la que ha recordado los orígenes andaluces de sus abuelos y ha defendido la resolución del conflicto independentista por la vía del diálogo. "No voy a debilitar las posibilidades de negociación", ha dicho.
Sobre las declaraciones de Villarejo, que ha puesto en pie de guerra al independentismo, Aragonès ha bajado el tono. "La credibilidad del personaje es la que es, se define por si misma, pero hay unas declaraciones en sede judicial graves, la mejor forma es desmentirlas con transparencia en una comisión de investigación".
"No entro a especular ni acusar si no hay pruebas"
"No entro a especular ni acusar si no hay pruebas-- ha añadido--. Villarejo utiliza una estrategia judicial. No quiero dar veracidad, pero hay que exigir transparencia. Lo que no puede hacerse es decir que aquí no ha pasado nada. Ha chantajeado, con información veraz, a personas importante del mundo político y económico".
Junto a las manifestaciones del excomisario, otro de los temas que han centrado la atención de los asistentes es la resolución del conflicto secesionista. En este sentido, y a pesar de la insistencia de las preguntas, no ha aclarado su alternativa a un virtual fracaso de la mesa de diálogo. "La pregunta que debemos responder es qué propuesta tiene el Estado para Cataluña. No se puede dilatar la situación, avanzar es un reto que tiene la izquierda española frente a PP y Vox. Es el mejor escenario para el Gobierno", ha dicho, para luego insistir en que en 2022 "se debe desbloquear situación, si no, no renunciaremos a nuestros objetivos. Nuestra apuesta por un proceso de negociación es sincera y honesta. pero no podemos eternizar el conflicto".
Aragonès ha explicado que existe el compromiso de que la mesa se convoque a principios de este año. "Pero lo importante son los contenidos, que haya propuesta política, no las fechas. Cataluña quiere decidir, pero no voy a debilitar las posibilidades de negociación".
Ha recordado que en España se asumieron otros retos, como la restauración de la Generalitat, antes de que se aprobara la Constitución española, el reconocimiento de los derechos históricos que propiciaron el concierto económico para Vizcaya y Guipúzcoa, o el acceso de Andalucía a la autonomía por la vía rápida, "algo que me encanta porque es la tierra de mis abuelos". Ha precisado que Cataluña "tiene un conflicto con el Estado, no con los pueblos de España" y ha negado que exista un problema de convivencia en la comunidad catalana.