El nuevo catalanismo comienza a tomar cuerpo. Àngels Chacón, actual secretaria general del PDECat, será la líder de un futuro partido en el que se integrarán Lliures, Convergents y Lliga Democràtica, pero en su ejecutiva no estarán presentes los actuales líderes de esas formaciones, Antoni Fernández Teixidó, Germà Gordó y Josep Ramon Bosch, respectivamente.
De esta forma, la exconsejera de Empresa pretende visualizar un verdadero cambio en un espacio soberanista, contrario al independentismo unilateral y favorable a un referéndum legal y pactado, abierto a los moderados de Junts per Catalunya (JxCat), formación con graves pugnas internas. Pero hay grandes ausentes en el partido de Chacón. El Partit Nacionalista de Catalunya (PNC), cuya líder, Marta Pascal, se desmarcó hace un mes de ese proyecto. Y Units per Avançar, que mantiene los contactos con el resto de formaciones catalanistas, pero que todavía no ha tomado una decisión. De momento, mantiene su alianza con el PSC en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona. Teniendo en cuenta que ERC también ha suavizado su discurso secesionista, ¿hay suficiente espacio catalanista para todos?
Los contactos de Bonvehí
Aunque los contactos entre los partidos que se reivindican como herederos de la antigua Convergència vienen de lejos, las negociaciones se intensificaron tras las elecciones catalanas del 14 de febrero. Ni el PDECat ni el PNC obtuvieron escaño en el Parlament, de ahí que el partido de Chacón abriera un período de reflexión en el que el presidente del PDECat, David Bonvehí, mantuvo reuniones con Lliures, Convergents, Lliga Democràtica, PNC y Units per Avançar con la finalidad de explorar vías para crear un espacio común. Incluso se crearon comisiones de carácter ideológico y organizativo para trabajar en ello.
El proyecto comenzó a coger forma, descartando un partido de partidos. Un nuevo espacio, de centro e integrador, donde convivirían independentistas y no independentistas, pero unidos en el rechazo a rupturas unilaterales y la necesidad de un modelo de país, que ahora consideran inexistente, y a favor de un referéndum legal y pactado sobre el futuro de Cataluña. Àngels Chacón desgranó su ideario en un acto celebrado el 25 de octubre en el Teatre Nacional de Catalunya, ya sin siglas del PDECat.
Pascal se desmarca
Fue entonces cuando se pasó a una segunda fase, la de elegir liderazgos. Según algunas fuentes, es aquí cuando la secretaria general del PNC, Marta Pascal, se desmarca tras tomar conciencia de que ese nuevo partido estaría pilotado por Àngels Chacón. Tal como publicó Crónica Global a principios de noviembre, la ejecutiva del PNC envió un email a la militancia en la que se informaba de la decisión de “no formar parte de las negociaciones grupales que se están produciendo, pues creemos que son demasiadas las incoherencias que hay desde de un punto de vista programático y que el proyecto se aleja demasiado de lo que creemos que debería representar esta nueva fuerza política".
"Desgraciadamente --añaden--, en las conversaciones que hemos tenido hasta ahora no hemos logrado que nuestros postulados políticos se vean claramente incorporados al corpus ideológico que se está configurando. Recordad que lo que acordamos en nuestra convención política del pasado mes de mayo fue que el PNC estaba dispuesto a la suma siempre que los valores y elementos programáticos nucleares del PNC se vieran incorporados. Desgraciadamente esto no ha sido así".
Los veteranos
Fue precisamente la bipolaridad que representa, por un lado, la Lliga, liderada por Josep Ramon Bosch, expresidente de Sociedad Civil Catalana (SCC), y por otro el independentismo que sostiene la propia Chacón, uno de los principales obstáculos de las negociaciones.
Las citadas fuentes sostienen que el plante de Pascal se debe en realidad a un pulso entre las dos dirigentes soberanistas, ya que Chacón nunca ha perdonado a Pascal que abandonara el PDECat, pues su permanencia habría permitido al partido hacer frente a Carles Puigdemont. Respecto a esa transversalidad ideológica, el entorno de Chacón asegura que ésta no se siente condicionada por el apoyo económico que Bosch pueda estar aportando al renovado catalanismo. Afirma que la dirigente catalana ni cuenta con Bosch para su ejecutiva, como tampoco con Germà Gordó, implicado en causas judiciales relacionadas con el caso 3%, y Teixidó.
Romper marcos mentales
Desde el PDECat se asegura que ese futuro espacio de centro quiere “dar prioridad a la gestión y, sobre todo, romper el marco mental de independencia o nada. Hay que superar esta situación de stand by. Defendemos una mejora de la financiación autonómica, por ejemplo, pero sin renunciar a nada”. De ahí que ese nuevo espacio abra los brazos al sector moderado de Junts per Catalunya (JxCat), una formación con importantes colisiones internas.
El partido se presentará oficialmente después de las fiestas de Navidad, con la finalidad de arrancar su maquinaria electoral de cara a las elecciones municipales de 2023. Y es ahí donde sectores catalanistas advierten de las consecuencias de asumir como primer gran reto obtener representación en el Ayuntamiento de Barcelona. Recuerdan que, para ello, se necesitan un 5% de votos, no un 3% como ocurre en el Parlament. Y eso supone un grave riesgo para la formación de Chacón. Una lista liderada por Santi Vila, exconsejero de la Generalitat que se desmarcó del rupturismo de Puigdemont, es una de las opciones que más se han barajado, pero no hay nada decidido, mientras que el partido ideológicamente fronterizo con Chacón, JxCat, ya ha comenzado su precampaña con Elsa Artadi como candidata y un discurso menos identitario que el utilizado a nivel autonómico.
Units dialoga
Por su parte, Units mantiene su coalición con el PSC en el Parlament y en el Ayuntamiento de Barcelona. La formación que lidera Ramon Espadaler separa ambos ámbitos electorales y, aunque mantiene acuerdos en otros municipios, mantiene Barcelona como caso diferenciado.
Teniendo en cuenta que ERC también ha suavizado su discurso secesionista es posible que, de cara a las próximas elecciones, se produzca una inflación de partidos soberanistas.