Barcelona regulará los hogares compartidos

Barcelona regulará los pisos compartidos. Los partidos con presencia en el pleno muncipal se han comprometido hoy a aprobar un marco normativo para los vecinos que abren sus casas a turistas. Ha ocurrido hoy en el pleno municipal con el voto en contra de Barcelona en Comú y ERC. 

Una mayoría de fuerzas con concejales en el plenario municipal así lo ha votado. Han dado su sí a aprobar una ordenanza para los hogares compartidos Barcelona pel Canvi, PSC, Junts, Ciutadans y PP, en el marco de un debate más amplio sobre el turismo y su convivencia en la Ciudad Condal. 

Regulación de cara a 2023

En el transcurso del debate, el primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha avanzado que el gobierno municipal elaboraría y votaría una nueva ordenanza de cara al próximo año o 2023, a todo tardar. Según el también concejal del PSC, la regulación sobre los hogares mixtos llegará "cuando haya el consenso y el debate suficiente para hacerlo posible", 

Ello no ocurre ahora, pues si bien el PSC --que es parte del Ejecutivo local-- ha votado a favor, BComú, socio de gobierno municipal, lo ha rechazado. Una mayoría de grupos, sin embargo, ha forzado la toma de posición, que cristalizará en una ordenanza de nuevo cuño en 12 o 24 meses como máximo. 

Collboni, muy claro

En el marco de esta discusión, el responsable del área económica se ha mostrado muy claro. Collboni ha recordado que el PSC ha votado hasta ahora a favor de todas las resoluciones que pedían regular los hogares compartidos. El propio edil se ha mostrado favorable a dibujar una normativa para la actividad. 

De hecho, el electo al mando del área de Turismo, Xavier Marcé, también del PSC, ha deslizado que en la comisión intergubernamental con Barcelona en Comú, partido de Colau, se ha llegado a una suerte de "pacto tácito" para avanzar en la ordenación del sector. 

Por ahora, prohibido

La nueva ordenanza, cuando llegue, dará solución a un sector del que muchos vecinos dependen para complementar sus ingresos en Barcelona. El llamado homesharing está, por ahora, prohibido en Barcelona, con multas que alcanzan los 6.001 euros, como explicó este medio. 

Esa situación de ilegalidad tiene lugar pese a que cerca del 50% de personas que abren su casa a turistas dependen de la actividad para llegar. Asimismo, las plataformas que se centran en este sector sostienen unos 10.000 empleos en Barcelona, informó Crónica Global.