El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha aterrizado a las 8.55 horas en el aeropuerto de L’Alguer (Cerdeña) procedente de un vuelo directo desde Bruselas. A diferencia del pasado 23 de septiembre, cuando fue detenido por las autoridades italianas a su llegada a la ciudad en cumplimiento de la orden de busca y captura internacional emitida por el Tribunal Supremo, esta vez ha podido acceder al país sin inconvenientes.
Puigdemont ha vuelto a Italia para declarar mañana a las once ante el tribunal de Sassari después de su puesta en libertad hace nueve días por la incompatibilidad de la limitación de movilidad con su “actividad en el Parlamento Europeo” como diputado. El tribunal sardo estudia la petición de extradición enviada por el magistrado Pablo Llarena, por lo que deberá decidir si entrega al expresident a España o si deja que éste mantenga su libertad de movilidad por Europa.
Confianza de sus abogados
El líder de Junts ha viajado acompañado del también fugado y eurodiputado Toni Comín, que tampoco ha tenido problemas a su llegada a Italia, mientras que Clara Ponsatí se encuentra en el país desde anoche. En el aeropuerto los esperaban el director de la oficina de Puigdemont, Josep Lluís Alay, y el abogado Gonzalo Boye. El letrado se reunió el sábado con los abogados de Italia del expresidente, con los que se volverá a encontrar hoy para dejar “todo listo para mañana”, según ha informado en una entrevista en RAC1.
Por su parte, el abogado italiano de Puigdemont, Agostinangelo Marras, se ha motró optimista anoche en TV3 al manifestar que actualmente existen “todos los elementos para que la euroorden no se ejecute”. Así pues, en caso que el tribunal sardo decidiera entregar al expresidente a las autoridades españolas, Marras considera que “a nivel procesal sería una decisión sin fundamento e injusta”.