Los favores ‘indepes’ que atan al rector de la UB

La salida de tono de Carles Mancho, como explicó el profesor García Manrique en sus cuentas personales en las redes sociales, provocó un apoyo sin precedentes por parte del colectivo docente de la UB. Más de 1.200 profesores, estudiantes y profesionales suscribieron una carta que hicieron llegar al rector Joan Guàrdia para que tomara las medidas oportunas. La plataforma Universitaris per la Convivència y Foro de Profesores recogieron 1.244 firmas para que Guàrdia ampare en público a García Manrique, que se había posicionado en contra de los manifiestos de la universidad a favor de los líderes independentistas procesados por la celebración del 1 de octubre y la posterior declaración simbólica de ruptura con España.

Los derechos "se ejercen"

Lo que los docentes han logrado saber es que el 9 de diciembre, el día previo a la primera vuelta de las elecciones al rectorado de la UB, y, por tanto, el último día de la campaña electoral, Mancho envió desde el buzón institucional del doctorado en Culturas Medievales --disciplina del docente-- a todos los profesores y los estudiantes vinculados al mismo un correo electrónico sobre las “elecciones rector UB”, en el que daba a conocer el análisis de los programas como miembro de UBxLaRepública. Se trataba de un documento de carácter parcial, con la idea de que lo importante era el mensaje y no la persona. Frases como “los derechos sólo se tienen si se ejercen”, constataban que Mancho apoyaba a Guàrdia, la candidatura abiertamente independentista en las elecciones al rectorado.

El catedrático de Filosofía del Derecho de la UB, Ricardo García Manrique / CG

Mancho señalaba en el correo que el análisis de las candidaturas correspondía a UBxLaRepública, sin esconder sus pretensiones. “Os hago llegar una comparación entre candidaturas que hemos elaborado desde la UBxLaRepública a partir de un cuestionario que presentamos a los tres candidatos por si os puede ser útil a la hora de entender las líneas generales de cada candidatura”. El profesor, sin embargo, alertado por algún compañero o tras reflexionar sobre su actuación, envió otro correo, menos de una hora después, en el que pedía disculpas: “Os escribo para pediros disculpas por el correo que acabo de enviar, y que quería solo que fuera informativo sobre las elecciones al rectorado. Me han advertido de que se puede considerar que tomo partido por una candidatura y que, por tanto, debería haber enviado el correo desde mi correo personal. Quiero subrayar que el correo ha sido enviado, exclusivamente, en mi nombre, por supuesto, y no por parte de la Comisión Académica”.

En cualquier caso, el mensaje ya estaba en todos los correos de la comunidad académica. Y es que Mancho había vulnerado el artículo 26 del Reglamento General de Elecciones de la Universidad de Barcelona.

La universidad, condenada

Los profesores conocedores de esos correos consideran que eso demuestra “lo arraigado” que está el relato nacionalista y la falta de neutralidad en la universidad. Y explica, también, cómo el rector Guàrdia, ya elegido, no quiso ni supo corregir los insultos en el claustro de la universidad justo antes del verano, cuando García Manrique fue tildado de “fascista y colono” por haber discrepado de que en la universidad se apostara por dar a apoyo a los políticos independentistas presos, que, posteriormente, que, posteriormente fueron indultados por el Gobierno de Pedro Sánchez.

García Manrique señaló que lo grave fue el “silencio” de los docentes, del propio Guàrdia y del resto de profesores que participaron en el Claustro. “Ninguno de los 180 asistentes pidió la palabra, siquiera fuese para reclamar que se guardaran las formas, y más que las propias invectivas energuménicas, esto fue lo que me dolió”.

La propia universidad ha recibido contundentes críticas. Y la justicia se pronunció el pasado junio en defensa de la neutralidad ideológica en los campus. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) confirmó la condena de la UB por vulnerar su deber de neutralidad y lesionar los derechos fundamentales a la libertad ideológica y de expresión de profesores y alumnos y el derecho a la educación de éstos últimos, tras apoyar un manifiesto de apoyo a los presos del 1-O, con motivo de la sentencia del Supremo sobre el procés.