¿Cómo financiar a partir de ahora las autopistas libres de peajes? Esa es la pregunta que el Govern se hace y que el vicepresidente del Govern y consejero de Política Digital y Territorio, Jordi Puigneró, expresa en forma de enésimo agravio con el Estado. Sin presupuestos de la Generalitat para este año, pues el ejecutivo que preside Pere Aragonès ha renunciado a ello, y consciente de que el modelo de viñeta que estudia la Generalitat desde hace seis años supondrá una excepción en un Estado español, Puigneró gana tiempo y exige ahora a Pedro Sánchez que asuma el coste de rescatar las vías que gestiona la Generalitat --a saber, Túnel del Cadí, Túneles de Vallvidrera y la C-32 sur o autovía Pau Casals--.
Acorralado entre la presión popular, la verdadera hacedora de esa gratuidad que entra en vigor a partir de la medianoche del 1 de septiembre, y una realidad europea donde la aplicación de la viñeta es minoritaria --Austria, Suiza y Hungría--, El pasado viernes, tal como publicó Crónica Global, Puigneró prometió a autoridades y sociedad civil de la comarca del Maresme que, durante dos años, transitar por la C-32 será gratis. La autopista de Montgat es la más antigua de España y el miércoles fructifican 30 años de reivindicaciones. Pero esos dos años mencionados por el vicepresident ha activado de nuevo las alarmas en esta zona costera, pues es el plazo que se han dado los socios de ERC y Junts per Catalunya para resolver sus diferencias independentistas pues, de lo contrario, se convocarían de nuevo elecciones en Cataluña.
¿Desmontar estructuras para montarlas de nuevo?
“El debate sobre la viñeta, en realidad, supone responder a la pregunta. ¿Quién pagará los gastos de mantenimiento de estas vías?”, explica Joan-Francesc Pont, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universitat de Barcelona (UB). Y añade: “Si el gobierno catalán quiere volver a cobrar por utilizar esas vías, no debería desmontar las estructuras de Abertis para montarlas de nuevo en dos años. Eso saldrá muy caro. Debería comprarlas, alquilarlas o conservarlas”. A su juicio, la cuestión a partir de ahora "será determinar qué hacer con las autopistas que no se usan o están infrautilizadas. El peaje tenía un efecto de redistribución del tráfico. Veremos ahora qué pasa".
Por su parte, Ricardo Flores-Fillol, el profesor de Economía de la Universitat Rovira i Virgili (URV), explica que la gratuidad de las autopistas han suscitado "un tema interesante en la sociedad. Nada es gratis y esas vías tienen un coste de mantenimiento. Hay dos modelos, el pago vía impuestos o pago por uso, donde entraría la viñeta. Entre los economistas hay consenso respecto al pago por uso, no lejos del principio de 'quien contamina, paga'". Flores-Filoll precisa que un sistema óptimo debe tener en cuenta el peso de los vehículos --un camión erosiona 1.000 veces más que un turismo--, la distancia, que el impuesto de hidrocarburos ya regula al pagar más gasolina, y la congestión. Aunque este tercer factor "difícilmente puede solucionarlo una viñeta".
Pont precisa que Cataluña no es la administración que diseñó el modelo viario, sino que “fue el Gobierno el que, a través de un plan nacional de autopistas, distinguió entre peajes primero, gratuidad después y un modelo radial en Madrid que fue un fracaso”.
Es precisamente ese sistema madrileño y el rescate posterior por parte del Gobierno, el argumento utilizado por Puigneró para reclamar dinero al Estado.
Los peajes más caros
"El Gobierno de Pedro Sánchez es el primero de la democracia que no ha prorroga concesiones, cumpliendo su compromiso de recuperar las autopistas y suprimir peajes. Las únicas vías de pago que, a partir del 1 de septiembre, quedarán en Cataluña son los concesionados por la Generalitat que, por cierto ya eran los más caros por kilómetro en comparación con los del Estado", explica el diputado de PSC-Units, Jordi Terrades.
Los socialistas consideran que el modelo de gestión --básicamente, los mantenimientos-- “deben consensuarse y ser homogéneos a nivel de España. No estamos de acuerdo con el modelo de viñeta que a nivel experimental quería implantar la Generalitat solo en Cataluña. Estamos dispuestos y abiertos a consensuar un modelo pero a nivel de todo el Estado”, precisa en diputado.
Ese modelo de viñeta --un mecanismo de pago temporal por uso que se desglosa en una tarifa plana para los conductores residentes y en una tasa para los foráneos-- comenzó a analizarse en Cataluña mediante un consorcio formado por Estado y Generalitat hace seis años. Pero el procés y la ruptura de puentes entre ambos gobiernos dejaron el proyecto olvidado en un cajón.
"El populismo de Puigneró"
El PSC propone que la Generalitat plantee fórmulas en sus presupuestos para recuperar los peajes de sus autopistas. “Valoramos que Puigneró congele su modelo de viñeta y se abra a una fórmula homogénea a nivel de España como siempre hemos propuesto los socialistas catalanes.
Los socialistas consideran que, al igual que en otras infraestructuras de transporte --ferroviarias o aeroportuarias--, los usuarios participan en el coste de su mantenimiento. Si es por vía presupuestaria todos los contribuyentes pagan, utilicen o no las vías de alta capacidad, lo que para nosotros no es justo. Tienen que pagar los usuarios que las utilizan".
“Puigneró tiene que incorporar en los presupuestos de la Generalitat partidas para recuperar sus concesiones. Es populista y demagógico pedirle al Estado que lo pague”, concluye Terrades.
Consenso imposible en el Parlament
Y es que el mantenimiento de las autopistas genera discrepancias, no solo entre los gobiernos español y catalán, sino también en el Parlament. ERC, que en su día apoyó la campaña No vull pagar, se apoyó después la fórmula de la mal llamada, según el portavoz de Preservem en Maresme, Antoni Esteban, euroviñeta, ya que según este activista "no es cierto de que sea un sistema generalizado en Europa ni que la UE lo quiera imponer".
Fuentes de En Comú Podem aseguran a este medio que "cualquier propuesta que salga en este sentido tiene que hacer compatible la justicia social con la justicia climática, porque son la misma cuestión. Por lo tanto, se tiene que buscar la fórmula para desincentivar el uso del coche (más inversión en trenes y no en aviones, por ejemplo) y, a la vez, no hacerle pagar esto a la mayor parte de la ciudadanía".
Ciudadanos (Cs) siempre ha defendido una vía libre de peajes. El líder catalán de Cs, Carlos Carrizosa, calificó de "indignante" que "la Generalitat se quede en el discurso victimista cuando es responsable de la prórroga de los peajes de la C-32 y fue corresponsable de la prórroga en la AP7". La CUP aboga por una empresa pública que gestione los peajes con precios proporcionales al uso que se haga de la vía. En cuanto al PP, defiende los peajes blandos.