¿El enemigo en casa? Marta Rovira, secretaria general de ERC --fugada de la Justicia--, ha salido al paso de las críticas de Junts per Catalunya y CUP a la Mesa de Diálogo que defiende su compañero de partido, Pere Aragonès. Pero lo ha hecho enmendando esa vía de solución del conflicto. Asegura que se trata de "una mesa de negociación de un conflicto político", no "una mesa de diálogo". Pues entiende la republicana que, con esa nomenclatura oficial, se rebaja la posición del Govern.
Después de que los socios de Aragonès aseguraran que no confían en esa vía de negociación --defendida por el presidente de ERC, Oriol Junqueras--, Rovira ha advertido de que "cada vez que usamos esta terminología, 'mesa de diálogo', creo que rebajamos y abaratamos la posición del Govern. No queremos que el Govern vaya a esta mesa de negociación solo a hablar, a dialogar y a pasar el tiempo. Lo que defendemos es que el Govern presente el conflicto político", ha argumentado en una entrevista en Catalunya Ràdio. Por ello ha reivindicado referirse a ella como "mesa de negociación de un conflicto político".
¿Por qué le hacemos el trabajo al Gobierno?
La dirigente republicana cree que el Gobierno quiere "escaparse" de la negociación del "conflicto político" y, en su lugar, centrar el debate en la "gestión ordinaria" del autogobierno; por ejemplo, con inversiones en infraestructuras.
"¿Por qué los independentistas le hacemos el trabajo al Gobierno español y, en vez de hablar de una mesa de negociación del conflicto político, hablamos de una mesa de diálogo? Eso es lo que quiere el Gobierno", ha criticado. Según Rovira, la negociación que empezará cuando los dos gobiernos se reúnan en la tercera semana de septiembre tiene dos posibles "salidas". Una, la más "lógica" en opinión de Rovira, es que los dos ejecutivos pacten la celebración de un referéndum de autodeterminación y una amnistía para todos los "represaliados".
La otra, si no se llega a un acuerdo, es que el independentismo gane "legitimidad" internacional para abrir una nueva etapa, lo que en el pacto de investidura entre ERC y la CUP se define como "embate democrático", que la secretaria general de los republicanos no ha explicado en qué consistiría.
En cualquier caso, ha subrayado Rovira, lo que hay que evitar es que el Gobierno imponga su terminología y su agenda, pues esto podría suponer sucumbir en el "neoautonomismo".