Los “unicornios” de Colau en contra del turismo y la ampliación del aeropuerto

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, vuelve a posicionarse en contra de la ampliación del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat. La lideresa de los comunes barceloneses cataloga el acuerdo entre Gobierno y Generalitat de “alarma social” en el contexto de emergencia climática actual en el mundo.

Colau, además, asegura en un artículo publicado en El País que esta ampliación no interesa “a la mayoría de Cataluña”. En el contexto de crisis económica derivada de la pandemia del Covid-19, la primera edil duda sobre la defensa de que la obra, que contará con una inversión de 1.700 millones de euros hasta 2030, sea “muy buena para la economía”. Los servicios suponen el 71,1% de los activos del total de los sectores de la provincia, en gran parte soportados por el mercado del turismo exterior y que crea puestos de trabajo en Barcelona y su área de influencia.

Turismofobia y economía de emisiones

La posición contra el aumento del turismo de la alcaldesa es bien conocida. No obstante, en el caso de la ampliación del aeropuerto barcelonés asegura que la creación de nuevos puestos de trabajo, tal y como explican los expertos, organizaciones e instituciones, serán “precarios y temporales”.

Respecto a la contaminación, Colau acusa a Aena de “negacionismo climático” y recuerda que “pasar de 50 a 70 millones de pasajeros equivaldría a que toda la ciudad de Barcelona aumentara entre un 60% y un 80% sus emisiones”. Por ello, acusa de “mentira” las promesas del gestor aeroportuario y las palabras de Jordi Puigneró, por parte del Govern, y de Raquel Sánchez, del Gobierno, de querer crear el aeropuerto “más verde” de Europa.

Ecología, Ricarda y silencio para los agricultores

En el aumento de emisiones que comportará la ampliación de la infraestructura, a raíz de que permitirá incrementar las operaciones de aeronaves tras alargar la pista junto al mar, Colau pide “reducir emisiones ya, no mañana”. El alegato, además, hace un guiño al alcalde pratense, Lluís Mijoler, en la destrucción de la zona protegida de La Ricarda que implicará, según la alcaldesa, “aumentar emisiones”.

No obstante, de la misma manera que el primer edil de El Prat de Llobregat (Barcelona), Colau se olvida de las compensaciones ambientales que comportará esta ampliación y que prevé afectar a los agricultores del espacio --también protegido-- del parque agrario del Baix Llobregat. La alcaldesa barcelonesa termina el artículo pidiendo un “proyecto económico de futuro que evite el desastre climático y genere puestos de trabajo de calidad”.